Aunque quizás haya gente que no lo sepa, existe un apodo para la gente de Madrid. Concretamente ese nombre es "los gatos". Existen varias leyendas de porque reciben este apodo que no dejan de ser curiosas y que no podemos dejar que se pierdan con el paso del tiempo, por esta razón, este artículo intentará relatar el origen de este hecho, para que la historia no quede en el olvido.
No obstante, antes de empezar, es interesante recordar un dato curioso sobre este apodo, y es que los más puristas dicen que no se es gato hasta que no hay tres generaciones de madrileño.
La leyenda más popular y aceptada cuenta que, para encontrar el origen de este hecho, hay que remontarse a las épocas de la reconquista sobre el siglo XI. Los castellanos querían tomar la ciudad de Maguerit, la actual Madrid, pero la poca tecnología y fuerza que poseían, les hacía casi imposible poder subir el imponente muro liso que rodeaba la ciudad. Dada esta situación, los soldados pensaron que lo tenían todo perdido y que no habría manera volver a reconquistar la ciudad.
Fue entonces cuando, un muchacho, ante la estupefacción de sus compañeros, comenzó a trepar por las enormes piedras del muro como si de un felino se tratara. En ese momento pocos confiaron en él, pero aun así, el muchacho consiguió subir y tirar unas cuerdas para ayudar a sus compañeros a ascender esas altas paredes. Debido a la hazaña del joven, todo el ejército empezó a llamarle "gato" por la similitud entre sus habilidades y las de este animal.
Con el paso de los años, se acabó olvidando el nombre de este muchacho y se le empezó a conocer más por su apodo "el gato". También se cuenta que el apellido Gato se le comenzó a dar a los descendientes de este intrépido joven. Más tarde, como los madrileños estaban orgullosos de la hazaña que había llevado a cabo ese hombre, empezaron a adoptar ellos también ese apodo en su honor.