Un nuevo hallazgo ha dejado desconcertados a los expertos en geociencia, ya que el interior de la Tierra presenta una inesperada carencia. Los científicos han identificado una brecha que no es una fisura física, sino algo aún más sorprendente y profundo. Se trata de una anomalía química que podría cambiar lo que sabemos sobre la formación y evolución de nuestro planeta.
La llamada “brecha de nitrógeno” ha sido detectada en el manto terrestre, la capa que se sitúa entre el núcleo y la corteza. Esta brecha se refiere a una alarmante escasez de nitrógeno, un elemento fundamental para la vida, si se compara con lo que predicen los modelos actuales. El descubrimiento ha sido posible gracias a simulaciones de alta precisión realizadas por científicos de la Universidad de Ehime, en Japón.

El misterio del nitrógeno perdido en la Tierra
Durante años, los geoquímicos han tratado de cuadrar el balance de nitrógeno en el planeta sin éxito. Aunque los meteoritos primitivos eran ricos en nitrógeno, hoy apenas quedan restos en la corteza y el manto terrestre. Esa diferencia, que equivale a miles de millones de toneladas, representa una ausencia difícil de explicar.
Algunas teorías anteriores apuntaban a que esa pérdida se debía a impactos cósmicos o a que la Tierra se formó con materiales pobres en nitrógeno. Pero estas ideas no explican bien todos los datos, especialmente la relación entre el carbono y el argón, que están en la atmósfera y dentro de la Tierra. El nuevo estudio ofrece otra respuesta: el nitrógeno está escondido en el núcleo del planeta.
¿Dónde se encuentra?
Para comprobarlo, los investigadores simularon cómo era la Tierra en sus inicios, cuando estaba cubierta por un “océano de magma”. En ese entorno extremo de calor y presión, el nitrógeno mostró una clara preferencia por unirse al hierro fundido. En lugar de quedarse en el manto, se habría hundido hacia el núcleo, dejando poco rastro en el resto del planeta.
Los cálculos confirman que este proceso encaja con las cantidades actuales de nitrógeno que se observan en el manto. A profundidades extremas, el nitrógeno es cien veces más propenso a unirse al metal que a la roca. Esta afinidad habría provocado que gran parte del nitrógeno se escapara hacia el centro del planeta en las primeras etapas de su historia.

¿Por qué desapareció el nitrógeno y qué impacto tiene en nuestro planeta?
Este hallazgo también ayuda a resolver antiguos dilemas de laboratorio y a entender mejor la evolución química de la Tierra. Según los autores, solo un océano de magma profundo habría podido provocar un “secuestro” tan eficaz de nitrógeno. Sin este fenómeno, la atmósfera actual tendría una composición muy diferente, lo que afectaría al clima, la presión y las condiciones para la vida.
El modelo también explica por qué el nitrógeno, el carbono y el argón se comportan de manera distinta. Mientras el nitrógeno se hunde con el metal, el argón se queda en la roca y el carbono ocupa un término medio. Esta jerarquía química sería clave para entender por qué la atmósfera de la Tierra es como es hoy.

La pieza que faltaba para entender la evolución planetaria
Pero el hallazgo no se limita a nuestro planeta. Si un planeta pierde demasiado nitrógeno en su núcleo, podría no desarrollar una atmósfera estable ni condiciones adecuadas para la vida. Por eso, esta “brecha” podría ayudarnos a identificar qué planetas podrían ser habitables fuera del Sistema Solar.
En resumen, lo que parecía una simple anomalía se ha convertido en una pista crucial para entender cómo funciona nuestro planeta por dentro. Gracias a este estudio, sabemos que el nitrógeno, esencial para la vida, está mucho más escondido de lo que pensábamos. Y su escondite no está en la atmósfera, ni en las rocas, sino en lo más profundo del núcleo terrestre.