La inesperada marcha de Íñigo Martínez al Al-Nassr obligó al Barça a replantear su plan para la defensa. El club necesita cubrir el vacío en el eje central con un futbolista que aporte más que lo que ofrecía Ronald Araújo. Ante esa necesidad, Alessandro Bastoni ha emergido como objetivo prioritario para el verano de 2026.
Este central italiano de 26 años cumple con los requisitos ideales. Es un defensor zurdo con gran salida de balón, liderazgo natural y experiencia internacional. Su perfil encaja con el proyecto que lideran Deco y Flick para construir un nuevo sistema sólido y moderno.

¿Por qué Bastoni y no Araújo?
La comparación con Ronald Araújo no es gratuita. El uruguayo era referente por su agresividad y físico, pero Bastoni aporta además control desde atrás y lectura de juego. Su capacidad de pase limpio y anticipación lo convierten en un defensor más versátil para el estilo de juego posicional del Barça.
Bastoni ha demostrado su valía en competiciones de élite, incluido su papel en finales de la Champions con el Inter. Tiene una trayectoria ascendente y ya lidera la línea defensiva del conjunto italiano. Esa experiencia en escenarios grandes le otorga valor añadido para el proyecto catalán.
Obstáculos y oportunidades para el Barça
La operación no será fácil, porque Bastoni tiene contrato con el Inter hasta 2028. Su valor de mercado se sitúa entre los 70 y 80 millones de euros, lo que plantea un reto financiero concreto.
No obstante, el Barça confía en que al acercarse a los dos últimos años de contrato de Bastoni podrá facilitarse la negociación. Deco y la cúpula deportiva ya lo han marcado como una prioridad para 2026. La disponibilidad futura podría optimizar el coste o acelerar una salida pactada.
Bastoni, con solo 26 años, representa un balance perfecto entre proyección futura y madurez táctica. Su trayectoria con la selección italiana y su evolución en el Inter lo respaldan como un central top global. Además, posee atributos físicos y técnicos que lo convierten en un compañero ideal para Pau Cubarsí en el eje.
Esa sincronización con Pau Cubarsí permitirá al Barça conformar una zaga de largo plazo, de futuro, capaz de mantener el estilo de juego de toque desde muy atrás. Se busca estabilidad generacional y rendimiento inmediato con inteligencia posicional.

