Las comisiones responden a un servicio prestado por los bancos a sus clientes. De esta manera la entidad solo puede aplicar estos cargos si informa al cliente sobre sus condiciones y este las acepta.
Disponer de una cuenta y una tarjeta de crédito o débito puede ocasionarte una serie de gastos. Entre los más conocidos está la famosa comisión por mantenimiento. Pueden tener un coste, las transferencias, así como el cambio de divisas o el estudio de viabilidad de un préstamo.
Si tienes domiciliada tu nómina o pensión, los bancos no suelen aplicar ningún tipo de comisión de mantenimiento. Pero no todos cumplen con estas condiciones.
Muchas veces con recibos domiciliados, ingreso de pensión o nómina, el banco cobra por el mantenimiento. Un importe que va de los 10 a los 45 euros, y en muchos casos hasta un euro mensual.
Otras comisiones menos comunes son aquellas en las que los bancos cobran por gestiones en ventanilla, inactividad de la cuenta, incluso extracto de movimientos. Y es que muchas veces los bancos cobran una serie de comisiones por las que no han informado al cliente.
Los bancos pueden poner el importe o precio que estimen oportuno, según informa el Banco de España en el portal del Cliente Bancario. Pero existen operaciones en las que los importes están limitados por norma. Es el caso de la cancelación o amortización anticipada de un préstamo hipotecario o de un crédito al consumo.
Comisiones raras que pueden cobrarte los bancos
Aunque las comisiones bancarias deben responder a servicios prestados o gastos, algunos bancos lo hacen sin que el cliente haya aceptado estas condiciones. Es el caso de Abanca que no permite realizar operaciones en ventanilla si estas son mayores a 600 euros.
Bnext cobra comisión por no tener actividad en la cuenta. Supongamos que no hay ingresos, ni tampoco pagos domiciliados o pagos con tarjeta, la entidad cobrará por ello. Al igual que otras entidades también lo hace si te rechazan un recibo domiciliado.
Otra de las comisiones poco comunes es la que cobra Cajamar por extracto de cuenta. Lo hace con una cuantía de 7,5 euros que se puede incrementar hasta 20 euros, dependiendo de la antigüedad del documento solicitado.
En este sentido la entidad considera que algunos servicios pueden ejecutarse desde un cajero automático, y otros pueden gestionarse desde la app del banco.
Los bancos digitales son los que menos comisiones cobran a sus clientes. Pero no todos los clientes prefieren está opción, sobre todo las personas mayores.