Mikaela Rivero, una española de 27 años, lleva ocho años viviendo en Corea del Sur y compartiendo su día a día en redes sociales. Amante de la cultura asiática, se ha convertido en una voz reconocida para explicar cómo es realmente la vida en Seúl.
En una de sus intervenciones más comentadas, Mikaela habló de un episodio que vivió poco después de mudarse. Lo hizo durante su paso por el pódcast Un chino y medio, donde relató con franqueza las dificultades de adaptarse a un país tan diferente. Su testimonio se ha viralizado y ha generado debate sobre los choques culturales.

Una vida marcada por la cultura asiática
Mikaela Rivero es una influencer española cuyo interés por Asia la llevó a instalarse en la capital coreana. Allí ha construido una vida a caballo entre la creación de contenido digital y la adaptación a una sociedad exigente. En ese proceso, ha vivido experiencias que ahora comparte con sus seguidores.
Recientemente fue invitada al pódcast Un chino y medio, en el que se abordan choques culturales desde la perspectiva de residentes extranjeros. Allí, Mikaela habló con naturalidad de las diferencias que percibe a diario, desde la moda hasta la forma de relacionarse. Su testimonio llamó la atención por la franqueza con que abordó temas delicados.
Durante la entrevista, relató que, aunque con el tiempo aprendió a adaptarse, sus primeros meses fueron especialmente complejos. El idioma, las costumbres y la presión social marcaron un periodo de aprendizaje intenso. Aun así, asegura que esas dificultades también le ayudaron a comprender mejor la sociedad coreana.
Un episodio que no olvidará
Uno de los momentos más comentados de su intervención fue el recuerdo de una experiencia vivida en 2017. Mikaela contó que acudió a una tienda de ropa poco después de llegar a Seúl, con la intención de probarse una falda de talla única. La respuesta de la dependienta la dejó desconcertada y marcó un antes y un después en su percepción cultural.
“La chica me dijo que no me la podía probar”, recordó. Ella explicó que, aunque vio a varias coreanas entrar al probador sin problemas, a ella se lo negaron. Cuando preguntó el motivo, la respuesta fue tajante: “Porque vas a dejar olor en la ropa”.
Mikaela reconoció que en aquel momento no dominaba el idioma y no pudo responder como hubiera querido. La influencer comentó que ese episodio la hizo estallar. “Me cabreé un montón”, confesó durante la charla, añadiendo que la experiencia le hizo entender hasta qué punto las diferencias culturales podían ser chocantes.
La reflexión de Mikaela
Con el paso del tiempo, la joven asegura que aprendió a relativizar situaciones similares. En su opinión, la percepción de la higiene en Corea está muy marcada por la costumbre de ducharse varias veces al día. Además, los desodorantes que se comercializan allí son menos potentes que en España, lo que refuerza esa idea cultural.
La influencer también se refirió a sus relaciones personales en Corea, destacando que las parejas locales suelen ser muy intensas al principio. En su opinión, “al no tener empatía no profundizan tanto en las cosas”, lo que le generó más de una sorpresa. Para ella, la rapidez con que se vive en el país es un rasgo característico que impacta incluso en la vida sentimental.

