En la actualidad, el mercado de la numismática se ha convertido en uno de los que más adeptos tiene. El mundo del coleccionismo ha pasado de ser un hobby hasta convertirse en un trabajo para muchos.
No hay un único motivo para que una simple moneda pase a ser de lo más deseado por los coleccionistas. Entre los más habituales encontramos la antigüedad, los fallos de impresión o el estado de conservación. Además, en muchas ocasiones es la suma de varios detalles lo que dispara la peculiaridad de una moneda.
La moneda de 1 euro que ha multiplicado su valor por sus peculiaridades
Si te llama la atención la numismática o si tienes dudas sobre alguna de tus monedas, tienes que conocer la moneda de un euro de hoy. Hablamos de una moneda emitida en Grecia en el año 2003, que se ha convertido en una pieza muy demandada entre los coleccionistas.
También conocida como moneda del “búho de la suerte”, aunque en realidad lo que podemos ver es una lechuza, este ejemplar destaca por llevar escrito “ΕΥΡΩ” al lado del animal.
El precio de esta moneda de 1 euro griega
En este caso, el ejemplar lo podemos encontrar en eBay por un precio de 345 euros. La razón es que presenta distintos fallos de impresión, como exceso de metal, estrellas de tamaños y formas diferentes, etc.
En la parte donde se coloca la insignia de “1 euro” también presenta ciertos fallos. Por ejemplo, cuenta con una línea paralela a la derecha y su superficie es diferente a otras del mismo estilo.
Un montón de detalles que la convierten en una pieza muy especial, con la que te puedes pagar tranquilamente los vuelos para una escapada de fin de semana a París. Actualmente se pueden encontrar billetes de ida y vuelta a la capital francesa desde 140 euros.
Su diseño está inspirado en el pasado
En este sentido, el ministro de Economía y Hacienda y el gobernador del Banco de Grecia fueron los encargados de escoger este diseño. Para ello, tuvieron que ver distintas propuestas presentadas por una comisión artística y técnica.
En cuanto al diseñador de esta pieza en concreto, fue el escultor Georges Smatopoulos, patrocinado por el Banco de Grecia. El diseño llama la atención gracias a la lechuza, una clara inspiración de una antigua pieza de Atenas de cuatro dracmas del siglo V a.C.