Los meteorólogos ya lo venían advirtiendo desde hace días, y ahora la confirmación es clara. El final de agosto en Cataluña estará marcado por fenómenos meteorológicos intensos y muy poco habituales. Los modelos de predicción apuntan a una sucesión de episodios que romperán con la estabilidad y el calor que había dominado el verano.
El primer fenómeno a tener en cuenta será la posible llegada de una DANA. Este tipo de configuraciones atmosféricas suelen formarse cuando una bolsa de aire frío se descuelga y se encuentra con el aire cálido en superficie. El resultado puede ser la formación de tormentas muy intensas, aguaceros de carácter local pero de gran virulencia, y fenómenos adversos como granizo o fuertes rachas de viento.

Las zonas más afectadas
En Cataluña, según las proyecciones actuales, las comarcas del interior y del Pirineo podrían verse más afectadas. Aunque tampoco se descarta que algunos chaparrones alcancen la costa. Los expertos recomiendan seguir muy de cerca la evolución, pues estos episodios son difíciles de delimitar en espacio y tiempo.
Si la DANA ya es noticia, el escenario se complica aún más con la posible llegada de los restos del ex-huracán Erin. Los modelos llevan días sugiriendo que esta tormenta tropical, tras debilitarse en el Atlántico, podría acabar alcanzando la península Ibérica a finales de agosto. Aunque llegaría muy transformada, convertida en borrasca extratropical, podría reforzar la inestabilidad ya existente.
No es la primera vez que un sistema tropical llega a nuestras latitudes, pero sí es un fenómeno poco común que suele despertar mucho interés. El hecho de que coincida con una atmósfera ya alterada por la DANA aumenta la incertidumbre y la posibilidad de que se produzcan tormentas más organizadas y persistentes. Una de las claves en esta previsión está en las diferencias entre los principales modelos meteorológicos globales.
Mientras el europeo apuesta con fuerza por un episodio muy activo de lluvias y tormentas para el próximo lunes, el americano es mucho más conservador. En esta ocasión, apenas refleja actividad significativa. La diferencia radica en la posición final de la bolsa fría en altura.

Un final de agosto movido
Si se sitúa más cerca de la península, la inestabilidad será acusada; si se desplaza hacia el Mediterráneo, el episodio quedará reducido. Lo que sí parece seguro es que este final de agosto no estará marcado por grandes olas de calor. La entrada de aire más fresco y la nubosidad abundante mantendrán a raya las temperaturas, que se situarán en valores normales o ligeramente por debajo de la media.
Una buena noticia para quienes sufren con los excesos térmicos del verano. Así pues, Cataluña se prepara para un cierre de mes dinámico y sorprendente. Una DANA primero y los restos del ex-huracán Erin después prometen un final de agosto muy movido, donde la atención estará puesta en el cielo.

