El sábado ofreció una jornada tranquila, dominada por un viento sur que suavizó el ambiente en gran parte de la Península. El sol se impuso en la mayoría de las regiones, con algunas nubes que avanzaron desde el oeste sin dejar consecuencias. Un ambiente que dejó la sensación de un “veranillo” inesperado en pleno septiembre.
Sin embargo, esa calma tiene las horas contadas. En el norte las nubes fueron algo más compactas, sobre todo en el Cantábrico, y Galicia ya se notó ayer un cambio con precipitaciones débiles en su parte más occidental. Mallorca despertó con chubascos dispersos, mientras Cataluña y el sureste interior lo hicieron entre brumas y bancos de niebla, señales de la transición hacia un panorama muy distinto.

Hoy, Roberto Brasero pone el foco de atención en la evolución del exhuracán Gabrielle, la borrasca que hasta ayer giraba frente a Lisboa tras perder fuerza como huracán. Su entrada por el suroeste de Portugal marcará un cambio radical de un día para otro, con lluvias previstas en el suroeste peninsular y un ambiente más inestable.
Roberto Brasero lanza un aviso la borrasca ya está aquí
La calma de ayer da paso a un panorama muy distinto hoy domingo. Roberto Brasero ha puesto el foco en la evolución de ex-Gabrielle y, según el meteorólogo, su entrada por el suroeste de Portugal marcará un cambio radical de un día para otro.
Los mapas señalan cuatro zonas muy concretas que estarán bajo su influencia directa: Extremadura, Huelva, Cádiz y Sevilla. En todas ellas se esperan lluvias que podrían extenderse entre el domingo y el lunes. Además, Brasero advierte de un riesgo añadido: rachas de viento intensas en el golfo de Cádiz, sobre todo entre el mediodía de hoy y la tarde del lunes.
No se trata de vientos huracanados, ya que el ciclón no llega como tal a nuestro territorio. Sin embargo, la borrasca generada arrastra suficiente energía como para agitar la atmósfera y obligar a extremar precauciones en las provincias señaladas.

El resto de la Península, a medio camino
Roberto Brasero también apunta a posibles cambios en zonas del interior. La nubosidad se extenderá hacia el oeste de Castilla-La Mancha y la Comunidad de Madrid, donde los cielos podrían cerrarse más de lo previsto. Aunque no es seguro que llueva, este escenario no se puede descartar del todo.
En el norte del Mediterráneo persistirá la inestabilidad. Las tormentas aisladas volverán a hacer acto de presencia, complicando la jornada en áreas costeras. Y en el Cantábrico oriental, el viento del norte traerá consigo un descenso de temperaturas que romperá con el respiro más cálido que vivimos ayer.
El resto del país quedará al margen de los grandes cambios. Allí donde la borrasca no llegue, el sol se impondrá, con valores térmicos que se mantendrán estables. Un contraste notable que deja clara la dualidad del domingo: otoñal en el suroeste y mucho más tranquilo en otras regiones.

