A partir de enero de 2026, las reglas para calcular la pensión de jubilación cambiarán. La Seguridad Social lo ha confirmado tras meses de preparación legislativa. El nuevo sistema busca adaptarse a trayectorias laborales menos lineales y premiar los mejores años de cotización. El cambio afecta directamente al importe final que recibirán miles de futuros jubilados.
El ajuste no implica una subida o bajada directa, pero sí modifica la forma en que se computan los años trabajados para obtener la base reguladora. Hasta ahora, la pensión se calculaba con los últimos 25 años de cotización, un sistema vigente desde 2022.

Nuevo cálculo de las pensiones en enero
Con el nuevo modelo, las personas que se jubilen a partir de 2026 podrán elegir entre dos fórmulas:
Mantener el modelo actual, con los últimos 25 años cotizados.
Optar por el nuevo método, que considera los últimos 29 años, pero con la posibilidad de descartar automáticamente los dos peores años de cotización.
La Seguridad Social calculará ambas opciones y aplicará la más favorable para el trabajador, sin necesidad de que lo solicite. Esta medida pretende beneficiar a quienes han sufrido interrupciones laborales, periodos de desempleo o cotizaciones más bajas en ciertos momentos.
Aplicación gradual y fechas clave
La reforma forma parte del Real Decreto-ley 2/2023. Su implementación será progresiva:
Se inicia en enero de 2026 con la primera fase de aplicación.
La transición durará hasta 2037/2038, cuando se completará el periodo de adaptación.
A partir de 2044, el nuevo sistema de 29 años (menos los dos peores) será el único válido.
Durante este periodo transitorio, convivirán ambos métodos de cálculo.

¿Por qué este cambio?
El objetivo principal es adaptar el sistema a la realidad del mercado laboral actual. Ya no todos los trabajadores tienen carreras estables o continuas. Hay más cambios de empleo, más autónomos y más interrupciones por desempleo o cuidados familiares.
La posibilidad de excluir los dos peores años permite que esos momentos puntuales no penalicen de forma excesiva la pensión final. También se busca que las bases más altas tengan más peso en el cálculo.
Una de las claves del nuevo modelo es su automática aplicación. El trabajador no tendrá que elegir ni hacer gestiones. El sistema evaluará ambas opciones y aplicará la más beneficiosa. Esto garantiza transparencia y evita complicaciones administrativas en el proceso de jubilación.
Desde el Ministerio de Inclusión y Seguridad Social explican que este sistema mejora la equidad, al considerar solo los años más representativos del nivel real de cotización de cada persona.
Un cambio en las pensiones estructural
Este ajuste forma parte del conjunto de reformas que España ha acordado con la Unión Europea en el marco del Plan de Recuperación. No es una medida aislada. Se suma a otras ya en vigor, como el incremento progresivo de la edad de jubilación o los nuevos incentivos para alargar la vida laboral.
El sistema público de pensiones sigue en proceso de evolución. A partir de enero, quienes se jubilen entrarán ya en una nueva etapa. Con reglas distintas, adaptadas a trayectorias laborales más variables. Y con una fórmula que busca no penalizar los años menos favorables.