En Estados Unidos la Seguridad Social (SSA) vuelve a estar en el centro de una gran polémica. Todo se ha encendido tras una denuncia muy seria de varios miembros del propio equipo de datos. Una práctica que pone en peligro la privacidad de millones de personas.
El asunto ha sido vinculado al DOGE, el sistema de gestión de datos del organismo. Y ha desatado un debate sobre la forma en la que los funcionarios están manejando la información sensible. La polémica surgió cuando Charles Borges, director de datos de la SSA, presentó una denuncia formal.
Alerta máxima en la SSA de Estados Unidos: estás en peligro
Según él, algunos funcionarios de la Seguridad Social habrían estado subiendo información a un servidor en la nube sin autorización en junio de este año. El problema es que esta base de datos contenía datos personales de los beneficiarios. Algo que no debería salir nunca del sistema oficial de la SSA.

Este gesto, aparentemente rutinario, ha sido calificado de peligroso y contrario a las normas de seguridad que rigen el DOGE. La denuncia de Borges ha causado alarma porque expone una debilidad en la forma en que la Seguridad Social protege la información de los ciudadanos en Estados Unidos.
Millones de beneficiarios alucinan con esta práctica del DOGE
La simple idea de que los funcionarios puedan subir ficheros completos de la base de datos a un servidor externo dispara las sospechas sobre riesgos de ciberataques y accesos indebidos. Por eso, desde que el caso salió a la luz, muchos beneficiarios viven con inquietud.
El Gobierno no tardó en reaccionar. La propia SSA emitió un comunicado en el que confirmaba que estaba revisando los protocolos de seguridad del DOGE. Además, explicó que se había abierto una investigación interna para esclarecer quién autorizó estas prácticas y bajo qué condiciones se realizaron.

El anuncio, aunque busca transmitir calma, ha generado aún más debate. Muchos piensan que si el director de datos de la SSA ha dado un paso tan contundente es porque el peligro es real y grave. Borges, en sus declaraciones, dejó claro que no se trata de un ataque puntual, sino de un problema estructural.
La denuncia de Charles Borges ha puesto el foco en el Gobierno de EE.UU.
Para él, subir a un servidor en la nube datos que pertenecen a millones de beneficiarios no solo viola normas internas. También pone en jaque la confianza de todo el sistema. Sus palabras han provocado un efecto dominó de reacciones, desde políticos que exigen transparencia hasta expertos en ciberseguridad que piden un refuerzo urgente de las medidas.
Lo que parecía un procedimiento técnico se convirtió en un escándalo que hoy sigue provocando titulares. La denuncia ha puesto a la Seguridad Social de Estados Unidos bajo presión y ha abierto un debate nacional sobre cómo proteger de verdad los datos de los ciudadanos frente a los fallos de los funcionarios y los riesgos de la nube.

