Las casas reales europeas siempre han sido protagonistas en los grandes eventos internacionales, especialmente en ceremonias religiosas que marcan hitos históricos. Su presencia refleja tradiciones centenarias y las conexiones diplomáticas y culturales que mantienen entre naciones.
En este contexto, Roma se prepara para uno de los actos más importantes y simbólicos del mundo católico: la entronización de León XIV. Esta ceremonia, que tendrá lugar el próximo domingo en la Plaza de San Pedro, congregará a representantes de casas reales de todo el mundo.
Sin embargo, entre las sorpresas que rodean este evento destaca la ausencia confirmada de Federico y Mary de Dinamarca. Un gesto que ha generado preguntas y especulaciones en el ámbito internacional.

El anuncio de la Casa Real de Dinamarca sobre la reina Mary y el papa
La reina Mary, una figura muy querida y respetada en Europa, había sido considerada como una presencia segura en la investidura papal. No obstante, la Corte Real danesa ha anunciado a Billed Bladet, un medio danés, que tanto Mary como Federico no asistirán a la ceremonia.
Además, desde la Casa Real de Dinamarca no se han detallado las razones concretas de esta decisión. La ausencia de Mary de Dinamarca podría interpretarse también como una muestra de preocupación, ya que, recientemente, la reina Margarita fue ingresada de urgencia.
Se esperan varios miembros de las familias reales europeas
Este anuncio contrasta con la confirmación de la asistencia de otras casas reales, como las de Bélgica y Mónaco. También se espera la posible participación de la reina Máxima de los Países Bajos.
La ausencia de Mary plantea una reflexión sobre cómo las casas reales equilibran sus compromisos internacionales con sus responsabilidades. Además, abre el debate sobre el peso simbólico que representa la presencia de figuras como ella en eventos religiosos tan significativos.

La entronización de León XIV será, sin duda, un punto de encuentro para miles de personas y líderes. No obstante, la falta de Mary de Dinamarca subraya cómo incluso en ocasiones tan solemnes, las circunstancias pueden alterar las expectativas.
Mientras la Plaza de San Pedro se prepara para recibir a León XIV, el mundo observa cómo la realeza maneja sus presencias y ausencias. La reina Mary de Dinamarca, con su elegancia y compromiso, seguirá siendo una figura clave, aunque esta vez desde la distancia.