Supervivientes vive horas muy delicadas tras confirmarse una de las noticias más tristes de esta edición. Pelayo Díaz sigue nominado y podría convertirse en el próximo expulsado del concurso. La reacción del público ha sido inmediata, con un aluvión de críticas y advertencias que amenazan incluso con un apagón de espectadores.
El estilista no logró salvarse en la última gala de Tierra de nadie, a pesar de su esfuerzo y del alegato sincero que hizo frente a las cámaras. Fue un momento duro para él, pero también para miles de seguidores que llevan semanas apoyando su aventura. La decisión ha generado una ola de indignación que se ha extendido por redes sociales y foros del programa.
Borja, Joshua, Álex Adrover y Pelayo eran los nominados de esta semana, pero solo uno de ellos iba a librarse de la expulsión. La sorpresa fue total cuando se anunció que Borja había sido el elegido, dejando a Pelayo de nuevo en la cuerda floja. Su nombre fue el último en pronunciarse, aumentando la tensión hasta el final.
La dinámica de la salvación fue diferente a lo habitual y eso también ha provocado controversia. En lugar de ser el público quien decidiera, los propios concursantes debían colocarse detrás de aquel que querían salvar. Fue un sistema inesperado y que, según muchos, no ha sido justo con Pelayo.
'Supervivientes' anuncia la noticia de Pelayo Díaz
Laura Madrueño comunicó la resolución con solemnidad: Pelayo se enfrentará a la expulsión junto a Joshua y Álex. Un resultado que ha roto las expectativas de muchos, y que ha desencadenado reacciones muy duras. Muchos fans del programa se sienten decepcionados y no entienden cómo ha podido pasar algo así.
Pelayo, visiblemente afectado, trató de mantener el tipo, aunque no pudo evitar emocionarse. Agradeció el apoyo de su entorno y se mostró autocrítico con su paso por la isla. Reconoció que no ha estado al cien por cien y que, a pesar de todo, quiere quedarse para dar lo mejor de sí.
Sus palabras conmovieron incluso a algunos compañeros, pero no fueron suficientes para evitar la situación. “Lo he pasado mal por mi hijo, con la costilla, la cabeza... Creo que no lo estoy dando todo”, confesó con la voz rota. Su vulnerabilidad dejó en evidencia el peso emocional que está afrontando en el reality.
Pero más allá del drama personal, la situación de Pelayo ha abierto una herida en el programa. Las críticas se han intensificado en las últimas horas y se habla abiertamente de un “apagón” de audiencia. Muchos seguidores han advertido que dejarán de ver el concurso si Pelayo resulta expulsado el jueves.
El público exige apagar 'Supervivientes'
El hashtag #JusticiaParaPelayo ya es tendencia y el debate está muy encendido. Hay quien culpa a la dirección del programa por cambiar las reglas y permitir una votación condicionada. Otros señalan que se está premiando a concursantes que no se han implicado tanto como Pelayo en la experiencia.
En paralelo, Borja celebraba su salvación con un entusiasmo que contrastó con la tristeza del momento. Agradeció a sus seguidores y se mostró emocionado por seguir en el concurso. Pero su alegría no logró apagar la sensación amarga que dejó la escena final con Pelayo aún en la cuerda floja.
La amenaza del apagón no es simbólica: muchos espectadores fieles están perdiendo la confianza en el formato. La sensación de injusticia ha crecido y se teme una pérdida importante de audiencia si no hay una reacción del programa. Algunos incluso piden que se repita la votación con el público como único juez.
Pelayo ha sido uno de los concursantes más humanos de esta edición, mostrando tanto sus fortalezas como sus debilidades. Su honestidad le ha ganado una base sólida de apoyo que no está dispuesta a verle salir por una mecánica improvisada. Para muchos, su expulsión sería un punto de inflexión para mal.
Desde su llegada a Honduras, ha enfrentado desafíos físicos y emocionales muy intensos. Las molestias en el cuerpo y la nostalgia por su hijo han marcado sus días en la isla. Aun así, ha intentado dar la cara, superar sus límites y crecer a nivel personal en cada etapa del concurso.
Su permanencia se decidirá este jueves y la tensión es máxima. La audiencia tiene la última palabra, pero se siente dolida y con ganas de ser escuchada. La presión sobre la organización del reality también aumenta a medida que crece el clamor por una votación más justa.