El palacio de Buckingham ha dejado a más de uno sin palabras al confirmar el último e inesperado rumor que ha surgido sobre el estado de salud del rey Carlos III. Una información que deja al descubierto la tajante decisión que ha tomado el monarca respecto a su enfermedad.
El pasado 2 de agosto se celebraron en John O’Groats, Caithness, los Mey Highland Games, una competición tradicional escocesa que combina deporte, cultura y folclore.
Como era de esperar, el rey Carlos III no quiso perderse esta celebración por nada en el mundo. Sin embargo, este año, la aparición del monarca tuvo un matiz distinto que no pasó para nada desapercibido.
De hecho, en esta ocasión, la presencia del soberano británico adquirió un valor aún más simbólico y emocional que en años anteriores. Fue una forma silenciosa de expresar la verdadera situación por la que está atravesando.
El palacio de Buckingham se pronuncia sobre los últimos rumores relacionados con el rey Carlos III
Durante su desfile por John O’Groats, el rey Carlos III avanzó con paso sereno y gesto firme. Vestido con kilt escocés, chaqueta de tweed y el tradicional cuchillo en la media, mantuvo intactos todos los elementos del ritual.
No obstante, lo que más llamó la atención de su atuendo fue el bastón oscuro que lo acompañó en cada paso. De hecho, para muchos, ver al rey sujetándose con dicho bastón dice más que cualquier comunicado emitido por el palacio de Buckingham.
Es más, la imagen del rey Carlos III entre su gente, sostenido por un apoyo físico y en pleno tratamiento oncológico, logró conmover e impactar incluso al público más reservado.
Desde el palacio de Buckingham, han intentado restarle importancia a este detalle. Tanto es así que aseguran que es “más simbólica que médica” su función. Sin embargo, el objeto se ha transformado en un símbolo visible de la frágil salud del monarca.
El rey Carlos III ha decidido no recurrir a la quimioterapia tradicional, información que ha generado un gran debate a su alrededor. Tal y como ha trascendido, ha optado por métodos menos agresivos, defendidos por su entorno como parte de una estrategia “personal y controlada”.
A pesar de que nunca se ha detallado públicamente el tipo de cáncer que padece el soberano, se sabe que no sigue un tratamiento convencional. Una decisión que ha provocado inquietud, tanto en círculos oficiales como en la sociedad civil.
Aun así, el rey no se esconde y sigue mostrándose entre su gente. “Carlos camina, observa, toca las manos de los suyos… y ríe”, narran quienes estuvieron presentes en este acto. Es más, en cada gesto, muestra no solo cercanía, sino firmeza ante la adversidad.