Lucía Rivera, la hija del torero Cayetano Rivera y la modelo Blanca Romero, ha sacudido las redes sociales con un comunicado urgente que ha compartido a través de su perfil oficial. La modelo ha decidido alzar la voz y expresar públicamente su malestar tras recibir una oleada de duras críticas y comentarios negativos en las redes.
Una situación que la ha llevado a realizar una sincera reflexión sobre su imagen pública, su vida profesional y el impacto emocional que todo esto le está generando.

En su comunicado, Lucía Rivera ha sido clara y contundente: “Ayer tuve que leer un comentario que me hizo pensar. Y es que últimamente paso más de puntillas en todo el tema de mi misma y es cuando más enfocada estoy. Pero en redes esto le da motivo a mucha gente a atacarme y cuando se meten con estos temas sí que me afectan”, ha confesado Lucía Rivera con firmeza.
Lucía Rivera decide dar un paso al frente y enfrentarse a sus haters
Lucía Rivera ha dejado claro que su intención nunca ha sido convertirse en una figura activista ni tomar posturas públicas que puedan ser malinterpretadas.
“He aprendido a pasar de puntillas por estos temas. No soy activista ni pretendo serlo, soy modelo y así me voy a quedar”, ha sentenciado Lucía Rivera, marcando una línea clara entre su vida personal y profesional.

Pese a todo, la joven no ha mostrado señales de rendirse. Con una madurez que ha sorprendido a muchos, ha añadido en su mensaje: “Pero señores, no me doy por vencida. Simplemente prefiero no vivir enfadada con una pantalla, esto simplemente es un descansito de hate que me viene genial”.
Estas palabras han sido interpretadas por sus seguidores como un acto de autoafirmación y autocuidado. Como una forma de tomar distancia para proteger su salud mental sin renunciar a su esencia ni a su carrera.
Lucía Rivera decide romper su silencio sin Cayetano Rivera y genera un debate social
El comunicado de Lucía ha provocado una oleada de reacciones sobre los límites del escrutinio público y la presión constante que enfrentan los personajes conocidos.

Con este gesto, Lucía Rivera ha confirmado lo peor, el daño que puede causar el odio gratuito en internet. Además ha dado un paso valiente al poner sobre la mesa una conversación necesaria: el derecho de los famosos a proteger su intimidad emocional en un entorno cada vez más hostil.