Àlex Crivillé es uno de los pilotos catalanes más admirados que tuvo que dejar las motos por problemas de salud en 2002. Desde entonces, ha llevado una vida tranquila y ha formado una familia preciosa. Sin embargo, no todo ha sido un cuento de hadas, así lo han hecho saber Àlex Crivillé y su hija Maria en la radio.
Àlex Crivillé: una leyenda de la MotoGP
Àlex Crivillé es una leyenda en el motociclismo profesional. Antes de la generación de Marc Márquez, nombres como Àlex Crivillé estaban en las portadas. El expiloto se convirtió en campeón del mundo de 125 cc en 1989, y campeón del mundo de 500 cc en 1999.
Con casi 30 años, Àlex Crivillé tenía un gran número de títulos a su espalda, pero tuvo que retirarse en 2002 porque sufrió algunos ataques epilépticos y la prescripción médica desaconsejaba el estrés de la alta competición.
Desde su retirada, su vida ha tomado un rumbo mucho más tranquilo y ha formado una familia con su novia de toda la vida, Anna Nogué. Juntos tienen tres hijos: Àlex, Maria y Jan.
La hija de Àlex Crivillé en la radio
Es precisamente la única hija del expiloto que este fin de semana ha decidido ir a 'El suplement' de Catalunya Ràdio para explicar cómo sufrió anorexia y bulimia. Maria Crivillé empezó a sufrir estos trastornos de conducta alimentaria con tan solo 12 años, a raíz del bullying que sufría en la escuela.
Ahora, Maria luce estupenda y ha narrado su historia como la gran luchadora que es.
Maria Crivillé: un ejemplo de superación
«Ahora ya hablo de la recuperación, pero recaer es muy fácil porque el camino ya lo sabemos. Tengo un trastorno de conducta alimentaria. Me decían 'Mira la anoréxica' o 'mira a la bulímica'. A los 12 años sufría de anorexia. Me di cuenta de que tenía el problema cuando era bailarina», empieza Maria.
«En la escuela me decían 'Maria está gorda'. Creía que lo hacía para adelgazar, pero no. Adelgazar era la superficie, pagas con la comida otros problemas como el bullying, no sentirte a gusto en ningún sitio, problemas en casa... Todo nace del bullying escolar».
La hija de Àlex Crivillé explica que el acoso empezó por insultos, pero con el tiempo la cosa fue a más: «No es un día o una semana, son meses y años. Al principio era llamarme gorda y después me roban la maleta, el estuche, me empujan por las escaleras... Se te acumula todo. No pedí ayuda».
«Recaer no es malo, se aprende»
Àlex Crivillé también explica cómo vivió esta dura etapa de la vida de su hija. «Yo también he seguido terapia de familia. He vivido con padres cuyos hijos que no sobrevivieron. Me emociono oyendo lo que dice, yo la he visto cuando era otra. Estoy orgulloso, lo ha superado, se ha sobrepuesto».
«Cuando supe que sufría de anorexia, me sentí mal. La veía áspera, pálida... la ingresamos en Vic y ningún parámetro cuadraba. Mucho trabajo a hacer. La cambiamos de escuela cinco veces. Tantos cambios impidieron un grupo de amigas fijo. Se ha sentido muy sola durante años», reflexiona.
Maria Crivillé explicó su ingreso en el hospital para recuperarse de su TCA. «En tres meses no me pude levantar de la cama», confiesa. «Ahora tengo buena relación con la comida. La comida no era el problema, tapaba los problemas. Cuando tengo un día malo tengo que vigilar porque mi vía de escapar es la comida», reconoce.
Sin embargo, Maria Crivillé con los años ha aprendido a gestionarlo: «¿Qué me ha ayudado? Los perros, los caballos, la terapia, la música, en especial Dani Martín. Él me llamó por los 15 años que cumplí sola e ingresada».