Mientras Kate Middleton cumple con sus deberes reales bajo el escrutinio público, hay una historia mucho menos visible que ha marcado a su familia. Lejos de los focos y el glamour de la realeza, sus padres, Carole y Michael Middleton, han vivido una situación muy complicada.
Un hecho que contrasta con la imagen de estabilidad que siempre proyectaron. Estamos hablando del derrumbe de su empresa familiar, Party Pieces, y una crisis financiera que les ha obligado a reinventarse en silencio.

El drama más desconocido de los padres Kate Middleton
Todo comenzó a finales de los años 80, cuando Carole Middleton, madre de Kate, decidió emprender un proyecto inspirado en las fiestas infantiles. Fue así como fundó Party Pieces, una tienda especializada en artículos para celebraciones.
El proyecto, rápidamente se convirtió en todo un éxito en Reino Unido. Gracias a este negocio, los Middleton no solo lograron una importante fuente de ingresos, sino también una vida cómoda que les permitió ofrecer a sus tres hijos una educación de élite.

Ese éxito empresarial fue, en muchos sentidos, la base que permitió que Kate conociera al príncipe Guillermo mientras estudiaba en la prestigiosa Universidad de St. Andrews. Durante más de 30 años, la empresa funcionó como símbolo del esfuerzo de Carole y Michael.
No obstante, la llegada de la pandemia supuso un punto de inflexión que trastocó profundamente el rumbo del negocio. Los cambios en los hábitos de consumo y el crecimiento imparable del comercio digital terminaron por debilitar la estabilidad de la empresa.

La nueva ilusión de Carole y Michael: George, Charlotte y Louis
La caída de Party Pieces no fue inmediata, pero sí implacable. Las restricciones sociales, el auge de los gigantes del comercio online y la bajada de la demanda de productos para eventos pusieron en jaque las finanzas del negocio.
A pesar de los esfuerzos por reconducir la situación, en 2023 la empresa se declaró en quiebra. Arrastrando deudas millonarias y sorprendiendo a quienes siempre vieron en los Middleton un ejemplo de éxito empresarial.

Desde entonces, Carole y Michael han optado por mantener un perfil bajo. Aunque la pérdida del negocio familiar supuso un duro golpe, han afrontado la situación con discreción. Alejados de la polémica y centrados en su faceta más íntima: la de abuelos de los pequeños príncipes.
Lejos de las cámaras, su historia refleja una verdad universal. Ningún éxito está garantizado para siempre, pero la entereza personal y el apoyo familiar siguen siendo la mejor respuesta ante la adversidad.