Gerard Piqué y Shakira llevan tres años desde que confirmaron su separación. Un proceso que ha estado bajo la atenta mirada de la prensa. A pesar de haber tomado caminos distintos, la relación entre ambos sigue marcada por los lazos que les unen, especialmente por sus hijos.
Ahora, una noticia relacionada con la que fue su residencia familiar vuelve a colocarlos en el foco mediático. Y es que, pese a la distancia, siguen gestionando los asuntos materiales que aún los mantienen unidos tras la separación.

Giro inesperado para Milan y Sasha, hijos de Gerard Piqué y Shakira
Hace años, la pareja adquirió un conjunto exclusivo de mansiones en Esplugues de Llobregat. Esta compra incluía tres casas contiguas: la principal, donde vivían con Milan y Sasha; otra destinada a los padres de Piqué; y una tercera que pertenecía a los familiares de Shakira.
En los últimos tiempos, la pareja decidió vender al menos una de estas propiedades, buscando cerrar una etapa que quedó llena de recuerdos. Recientemente, se ha dado a conocer que han vendido una de las casas por la impresionante cifra de tres millones de euros.

Aunque esta operación puede parecer un paso hacia la independencia definitiva, las otras dos mansiones continúan a la venta. En este contexto, suman un valor total de aproximadamente 11 millones de euros.
Estas residencias cuentan con amplios espacios, que incluyen varias plantas, garajes, dormitorios, baños y zonas de ocio como sala de juegos y estudio de grabación. Además, disponen de una piscina y un jardín de más de 3.800 metros cuadrados.

Gerard Piqué y Shakira quieren cerrar el capítulo
Sin embargo, el elevado precio solicitado y la discreción con la que se maneja la venta están complicando la operación. A diferencia de lo habitual, las casas no aparecen publicadas en portales inmobiliarios ni tienen carteles visibles.
Este hermetismo, aunque protege la privacidad de la familia, puede estar frenando el interés de posibles compradores. Para Milan y Sasha, estas decisiones tienen un impacto directo, ya que el hogar familiar es un símbolo de su historia y estabilidad.
No obstante, sus padres continúan buscando cerrar definitivamente ese capítulo. La venta de esta casa no solo representa una transacción inmobiliaria, sino también un paso más en el proceso de separación.