Después del parón estival, la reina Letizia ha retomado sus compromisos institucionales con una cita que ha captado todas las miradas. La consorte de Felipe VI eligió Torrelodones para reanudar su actividad pública, en un acto que combinó deporte, solidaridad y defensa de valores sociales.
El encuentro se celebró en la Casa de la Cultura Paco de Lucía, dentro de la segunda edición del torneo benéfico CHALLENGE 40 BASKET. La iniciativa reunió a exjugadores profesionales y equipos aficionados mayores de 40 años en un evento solidario. El objetivo central fue recaudar fondos para proyectos de apoyo y protección dirigidos a mujeres y niñas en situación vulnerable.

Un torneo con causa solidaria
El CHALLENGE 40 BASKET no se limita a lo deportivo, sino que apuesta por la inclusión y la concienciación social. A lo largo del día se disputaron varios partidos entre equipos de veteranos que congregaron a numerosas familias y aficionados. El ambiente fue festivo y se convirtió en un punto de unión en torno al baloncesto.
Además de la competición, se organizaron actividades paralelas como mercadillos artesanales, propuestas gastronómicas y espacios de ocio para los más pequeños. Todo con el fin de atraer a un público diverso y reforzar el carácter benéfico de la cita.
Los fondos recaudados se destinarán al proyecto Safe in Nairobi, impulsado por la ONG de Asha Ismail. Este programa ofrece refugio, atención psicológica y formación profesional a mujeres y niñas víctimas de violencia en Kenia. De esta manera se ayuda a que muchas mujeres y niñas logren reconstruir sus vidas con mayor seguridad y autonomía.

La reina Letizia, volcada en los derechos de las mujeres
Durante el coloquio Mujer, deporte y sociedad, presidido por la reina, se vivió uno de los momentos más emotivos de la jornada. Una imagen que pronto recorrió los medios, mostró a la reina Letizia escuchando con atención a Asha Ismail. La fundadora de la ONG Save a Girl Save a Generation relató su dura experiencia como superviviente de la mutilación femenina.
La organización lleva 18 años luchando contra esta práctica y otras formas de violencia que afectan a millones de mujeres en África. Según datos de organismos internacionales, más de 230 millones de mujeres en todo el mundo han sufrido la ablación y cerca de cuatro millones de niñas están en riesgo cada año.
La fotografía de Letizia, con semblante serio y conmovido, fue vista como la confirmación de un secreto a voces. Refleja su implicación en la defensa de los derechos de las mujeres y en todas las cuestiones ligadas a la igualdad y la dignidad femenina.

El impacto de un gesto cercano
Con su presencia, la reina Letizia no solo respaldó una iniciativa solidaria, sino que también subrayó la importancia del deporte como espacio de encuentro. Su actitud cercana con los asistentes fue muy comentada, especialmente por la forma en que se detuvo a dialogar con mujeres que compartían experiencias personales.
Este gesto reforzó la percepción de una reina comprometida, capaz de ir más allá del protocolo para involucrarse en causas que considera esenciales. En un momento en que la lucha por la igualdad de género ocupa un lugar central en la agenda internacional, su apoyo fue recibido con emoción y reconocimiento.
El acto en Torrelodones se convirtió, en definitiva, en un símbolo de la sensibilidad y determinación de Letizia. La imagen de la reina, emocionada al escuchar a una testigo de ablación, se convirtió en símbolo de su compromiso con las mujeres.

