La Casa Real de Noruega ha lanzado un comunicado que ha generado un impacto inmediato sobre Marius Borg, hijo mayor de la princesa Mette-Marit. La nota, enviada por su jefa de prensa, llega tras meses de silencio institucional respecto al proceso legal que afronta Borg por delitos muy graves.
Después de casi un año sin pronunciarse, la monarquía noruega se ha desmarcado de manera explícita del caso. Este movimiento institucional pone de nuevo en el foco una cuestión incómoda: ¿hasta qué punto debe responder la monarquía por los actos de un miembro que no ostenta funciones reales?

El historial de Marius Borg, una preocupación creciente para la monarquía noruega
Marius Borg Høiby ha sido durante años una figura alejada del núcleo oficial de la realeza, aunque su vínculo emocional con la familia es evidente. Hijo de Mette-Marit y hermano de la princesa Ingrid Alexandra, su presencia en actos públicos siempre ha sido ocasional. Sin embargo, su nombre ha cobrado protagonismo por motivos nada deseables.
El 4 de agosto de 2023 fue detenido por la policía noruega tras agredir presuntamente a su entonces pareja. Lo que en principio se interpretó como un episodio aislado ha ido derivando en una investigación compleja y cargada de acusaciones. En total, Marius está imputado por 23 delitos que van desde agresiones físicas hasta violaciones y acoso.

Durante una rueda de prensa celebrada en Oslo, las autoridades revelaron el contenido completo del expediente. La investigación ha concluido y el caso está ahora en manos del Fiscal del Estado, que tiene un plazo de 30 días para decidir si formaliza los cargos.
La Casa Real de Noruega lanza un mensaje firme sobre la situación legal de Marius Borg
En ese contexto, el comunicado de la Casa Real ha sido claro: ni respaldo, ni condena, solo respeto al proceso judicial. El silencio mantenido durante casi un año ha sido interpretado por muchos como una estrategia para minimizar el daño institucional. Ahora, con las conclusiones de la investigación sobre la mesa, la Corona ha optado por enviar un mensaje firme y contundente.
Sara Svanemyr, portavoz oficial de la monarquía, expresó sin rodeos: "El caso está siguiendo el sistema legal y los procedimientos normales. No tenemos nada que añadir". Esta declaración corta y precisa no solo evita interferencias, sino que marca una línea clara entre los asuntos judiciales y la institución.

Casa Real ha adoptado un enfoque con breves comunicados, distancia pública, y ninguna participación en el proceso judicial. Una decisión que busca preservar la estabilidad institucional. Sin embargo, la opinión pública sigue con atención cada movimiento, sabiendo que cualquier palabra mal medida podría tener consecuencias.
Hasta ahora, el único miembro de la familia que se ha pronunciado anteriormente sobre el asunto ha sido el príncipe Haakon. En una entrevista, el heredero al trono noruego comentó: "Marius se enfrenta a graves cargos y la responsabilidad recae en el sistema judicial. Confío en que harán un buen trabajo".
La defensa de Marius Borg niega los cargos más graves y alega cooperación
Pese a las acusaciones, el abogado de Marius, Petar Sekulic, ha afirmado que su cliente "no se declara culpable de los cargos más graves" y "niega rotundamente los cargos de violación". Según el letrado, Marius ha mostrado en todo momento "una actitud colaborativa" y ha sido interrogado hasta 14 veces desde el pasado mayo.
La defensa insiste en que Borg está tomando este asunto con la máxima seriedad. "Se lo toma muy en serio. Ha cooperado muy bien con la policía", ha subrayado Sekulic, intentando reforzar la idea de que su cliente no evade la justicia.

Por su parte, el abogado de la policía, Andreas Kruszewski, ha declarado que la investigación ha sido minuciosa. Se han analizado materiales digitales obtenidos de su teléfono, registros domiciliarios, testimonios y peritajes. "Hemos recogido un material extenso que ahora se encuentra en manos del fiscal", explicó durante la rueda de prensa.
La justicia noruega desestima interrogar a la princesa Mette-Marit
Uno de los puntos más delicados del proceso ha sido la solicitud del abogado defensor de una de las presuntas víctimas, que pidió que la princesa Mette-Marit declarara como testigo. Sin embargo, esta petición fue desestimada por la Fiscalía, que consideró que no era necesario.
Según las autoridades, las palabras de la madre del acusado podrían aportar poca información para el caso. En este sentido, se recordó que la Ley de Enjuiciamiento Criminal permite a la Fiscalía valorar si la declaración de ciertos testigos resulta relevante. Esta decisión ha evitado, por ahora, una exposición aún mayor de la familia real ante un asunto ya de por sí muy delicado.

Además, ningún otro miembro de la realeza ha sido llamado a declarar. Esto vuelve a reforzar la estrategia de mantener una barrera entre lo institucional y lo familiar. La prioridad es proteger la imagen de la monarquía sin interferir en el proceso judicial.
Todo esto indica que la Casa Real de Noruega ha optado por una postura firme y distante ante el proceso legal que enfrenta Marius Borg, hijo de la princesa Mette-Marit. Con un comunicado escueto, ha dejado claro que confía en el sistema judicial. Ahora, la mirada de Noruega y de Europa está puesta en lo que el fiscal decida en los próximos días.