Iñaki Urdangarin ha llegado a su límite y ha confesado lo más grande de su hijo Pablo. Después de mucho tiempo en silencio, ha decidido pronunciarse sobre un tema que le duele profundamente. Cree que Pablo Urdangarin está siendo perjudicado de forma intencionada y no ha dudado en señalar directamente al rey Felipe VI.
Según su entorno, Iñaki no comprende por qué su hijo no ha sido convocado con la selección española de balonmano. Considera que su rendimiento está muy por encima del de otros jugadores. Cree que hay algo más detrás de su exclusión.
Para él, esa ausencia no es fruto de una decisión deportiva. Está convencido de que hay una mano negra que está frenando la carrera de Pablo. Y asegura que esa mano no es otra que la del propio jefe del Estado.
La relación entre Iñaki y el rey Felipe nunca fue cercana y los hechos hablan por sí solos. Sin embargo, ahora se ha tensado aún más por este asunto. Urdangarin cree que el rey está usando su poder para poner obstáculos a su hijo.
La carrera Pablo Urdangarin, a pesar de Felipe VI
Pablo Urdangarin, con solo 24 años, se ha ganado el respeto del mundo del balonmano. Juega en el Granollers y se ha convertido en una de las grandes promesas de Europa. Clubes de Alemania, Francia y Dinamarca ya se han interesado por él.
A pesar de todo eso, no ha sido llamado por la selección española. Su padre no entiende cómo puede seguir fuera del equipo nacional. Cree que no hay una explicación lógica desde el punto de vista deportivo.
Iñaki sospecha que el problema tiene que ver con su apellido. Pablo lleva el dorsal 77 en honor a su padre y mantiene “Urdangarin” en la camiseta. Para el exduque, ese homenaje es visto como una provocación por parte del rey.
Felipe VI, según estas fuentes, no quiere que ese apellido vuelva a tener protagonismo público. La imagen de Pablo en un equipo nacional llevaría de nuevo la atención al escándalo del caso Nóos. El monarca preferiría que su sobrino no tuviera visibilidad en representación de España.
Para Iñaki, eso es injusto y quiere que todo el mundo lo sepa. Cree que su hijo no tiene culpa del pasado. Defiende que Pablo ha trabajado duro y ha demostrado su valía en la pista.
Iñaki Urdangarin no aguanta más tiempo en silencio
Durante años, Urdangarin ha evitado hablar en público sobre estos temas. Pero esta vez siente que ya no puede seguir callando. Ve cómo su hijo lucha por cumplir su sueño y se le cierran puertas sin motivo.
Padre e hijo mantienen una relación muy especial. Comparten la pasión por el balonmano y entrenan juntos siempre que pueden. Pablo considera a su padre su mayor referente en el deporte.
Por eso ha querido seguir sus pasos. Su objetivo es llegar lo más lejos posible, como lo hizo Iñaki en su día. Su exclusión del equipo nacional no solo es una decepción deportiva, también es un golpe emocional.
Iñaki teme que el bloqueo institucional termine por romper el ánimo de su hijo. Cree que si continúa esta exclusión, Pablo podría perder oportunidades importantes. Y considera que no puede quedarse de brazos cruzados viendo cómo se repite esta situación.
Este conflicto ha provocado un nuevo distanciamiento entre Iñaki y la familia del rey. Aunque ya no mantenían contacto habitual, ahora la tensión es aún mayor. Él siente que su hijo está pagando un precio que no le corresponde.
El rey Felipe no se ha quedado de brazos cruzados
En realidad, Pablo no busca protagonismo mediático, pero el rey Felipe no le estaría poniendo el camino fácil. Solo quiere seguir creciendo en su deporte y cumplir con su trabajo. Pero su apellido sigue generando rechazo en ciertos círculos institucionales.
La última convocatoria de la selección ha sido el detonante. Iñaki no entiende cómo jugadores con menos rendimiento han sido elegidos. Considera que es evidente que hay un veto silencioso.
Nadie en la federación ha dado una explicación clara. Solo se habla de decisiones técnicas. Pero para Iñaki, es imposible no ver la carga política detrás.
El conflicto ya está servido y parece no tener solución a corto plazo. Aunque Iñaki no ha hecho una acusación pública directa, su postura está clara. Cree que Felipe VI está interviniendo para impedir que su hijo avance.
Y en medio, un padre que ha dicho basta. Que está dispuesto a defender a su hijo por encima de todo. Aunque eso suponga enfrentarse, de forma indirecta, al propio rey de España.