Cuando Guillermo y Kate Middleton decidieron trasladar a su familia desde Londres a Windsor, muchas preguntas surgieron sobre el futuro hogar de sus hijos. Sin embargo, pese al cambio, no parece que sus hijos hereden la residencia actual de sus padres, Adelaide Cottage.
La razón principal radica en que esta propiedad no es de su propiedad privada, sino que forma parte del Patrimonio de la Corona. De esta manera, se trata de una residencia concedida en calidad de gracia y favor para el cumplimiento de sus funciones reales.
Kensington Palace admite que los rumores son ciertos
Residencias históricas como Royal Lodge y Bagshot Park compartían esta misma condición. Con el paso del tiempo, han pasado a ser arrendadas oficialmente a otros miembros de la familia real, como los príncipes Andrés y Eduardo.
En este contexto, en un futuro el príncipe George podría asumir la responsabilidad del Ducado de Cornualles. Un hecho que conllevaría el acceso a una impresionante cartera de propiedades distribuidas en 23 condados de Inglaterra, Gales y las Islas Sorlingas.
No obstante, por ahora, no se contempla que la residencia actual pase directamente a sus hijos. Esta decisión responde a que la propiedad forma parte del Patrimonio de la Corona y no es de propiedad privada. Un hecho que limita su transmisión hereditaria.
Curiosamente, Highgrove House, situada en Gloucestershire y parte de ese ducado, es hoy en día la propiedad que técnicamente pertenece a Guillermo. Así, al mudarse de su apartamento al Palacio de Kensington en el campo, Guillermo y Kate optaron por sacrificar cierto lujo urbano.
Esta decisión tiene mucho que ver con la intención de los duques de Gales de ofrecer a sus hijos una infancia más convencional. Ailsa Anderson, exsecretaria de prensa de Isabel II, explicó que "sus padres quieren protegerlos y darles la mayor privacidad y tiempo libre posible".
Kate Middleton quiere lo mejor para sus hijos
Kate, criada en el campo, parece encontrar en Windsor el escenario ideal para revivir su propia infancia y ofrecer a sus hijos una vida similar. Adelaide Cottage, con su fachada rosa y su carácter histórico, se mantiene fuera del foco público.
La familia podría tener otras opciones, como Anmer Hall, su residencia en Norfolk con diez habitaciones que recibieron como regalo de bodas. No obstante, por el momento no hay planes de cambiar de casa, y con los niños ya escolarizados, lo más lógico es que continúen allí.
Esta propiedad, que fue objeto de una renovación millonaria antes de su mudanza, ha sido escenario de momentos familiares muy íntimos. Así lo demostró Kate al compartir un emotivo vídeo durante su tratamiento de quimioterapia preventiva, donde se la veía junto a Guillermo.
La elección de su residencia refleja el compromiso del príncipe Guillermo y Kate Middleton por equilibrar su vida con una infancia lo más normal posible para sus hijos. Protegiéndolos del escrutinio público sin renunciar a la historia y tradición familiar.