Desde hace tiempo, la familia real británica atraviesa una etapa de cambios y desafíos que han puesto en jaque la imagen tradicional de la monarquía. La salida del príncipe Harry y Meghan Markle marcó un antes y un después, revelando conflictos y tensiones internas.
En este ambiente convulso, ciertos detalles y decisiones han tenido un papel crucial en la transformación de las relaciones dentro de la familia real. Afectando también a sus miembros más jóvenes.

Kensington Palace ya conoce la última hora del príncipe George
Uno de esos momentos decisivos ha sido revelado por el biógrafo real Andrew Morton en su libro Meghan: A Hollywood Princess. Morton señala que una fotografía del príncipe George junto a Isabel II, Carlos III y el príncipe Guillermo fue el motivo de una gran disputa.
Esta imagen fue el detonante que provocó una conversación entre Harry y Meghan sobre su lugar dentro de la realeza. A partir de ese momento, comenzaron a cuestionar su papel y a plantearse grandes cambios en su vida.
"La pareja real sospechaba que toda la institución conspiraba contra ellos. A sus ojos, las pruebas estaban a su alrededor. El código tácito era simple: el futuro de la monarquía estaba asegurado, con o sin Meghan y Harry", afirmó Morton durante una entrevista para Pod Save The King.
Una foto de George fue el detonante del adiós de los Sussex
Este episodio no fue un hecho aislado, sino la culminación de años de tensión y descontento que impulsaron a la pareja a replantearse su papel en la realeza. Estas tensiones acumuladas afectaron su relación con la institución y motivaron la decisión de buscar un camino diferente.
Según el biógrafo, estas reflexiones comenzaron incluso antes de su boda. "Harry estaba charlando con Oprah Winfrey en un hotel de Londres en noviembre de 2018, seis meses después de que se casaran. Así que estaban pensando en una ruta diferente bastante pronto", reveló.

El 8 de enero de 2020, el duque y la duquesa de Sussex anunciaron oficialmente su retiro como miembros principales de la familia real. La imagen del príncipe George en esa fotografía refleja cómo incluso los símbolos más formales pueden ocultar conflictos profundos.
Lo cierto es que el Palacio de Kensington ya no puede mantener en secreto estas diferencias. Cada vez son más evidentes las tensiones internas que afectan a la familia real y que captan la atención pública.