La vida de los duques de Sussex continúa acaparando titulares en la prensa internacional. Ya sea en California o en Londres, la pareja nunca deja de estar en el centro del foco mediático. La reciente reunión entre Harry y Carlos III ha vuelto a despertar un aluvión de comentarios y sospechas.
El encuentro tuvo lugar en Clarence House, la residencia del monarca en Londres, y se prolongó aproximadamente una hora. Era la primera vez que padre e hijo se veían tras casi dos años de distancia marcada por la tensión. Aunque el gesto parecía destinado a la reconciliación, ha dejado tras de sí un escenario lleno de dudas.

Un reencuentro cargado de simbolismo
La enfermedad del rey Carlos III fue el detonante de este inesperado encuentro. La reunión se llevó a cabo en un clima privado, sin cámaras ni testigos, lo que aumentó el interés de la opinión pública.
La ausencia de Meghan Markle fue una de las notas más comentadas de la cita. La actriz permaneció en California con sus hijos, mientras su esposo se reencontraba con el monarca. Algunos analistas interpretan esta exclusión como un movimiento calculado por el Palacio para reducir tensiones y crear un escenario más propicio para el diálogo.
Aunque no se difundieron detalles oficiales, el simple hecho de que Harry regresara a Clarence House fue visto como un paso hacia el acercamiento. Para muchos, este gesto simbolizó un posible inicio de reconciliación familiar. Sin embargo, para Meghan, lo ocurrido despierta un sinfín de recelos.

Los temores de Meghan Markle
Justo después del encuentro parecía que incluso Meghan estaría dispuesta a un acercamiento a la familia de su marido, pero ahora la situación ha cambiado. La duquesa de Sussex sospecha que la corona podría estar utilizando el encuentro como una estrategia de “divide y vencerás”, intentando aprovechar la nostalgia de Harry por su antigua vida. Una fuente cercana asegura que Meghan teme que “lo estén alejando de ella” y siente que corre el riesgo de perderlo.
El entusiasmo de Harry tras el reencuentro habría incrementado sus preocupaciones. Según medios estadounidenses, Meghan cree que la reunión lo ha distraído de su vida en California y de los proyectos comunes que comparten. La exactriz interpreta esta situación como un retroceso frente a las renuncias que realizaron en 2020 al abandonar la institución.
Además, Markle recuerda que nunca recibieron una disculpa pública por los episodios de acoso mediático y tensiones internas que sufrieron en Reino Unido. Por eso, le cuesta confiar en que la situación haya cambiado de forma real. Su temor es que Harry ceda demasiado terreno en su búsqueda de reconciliación con la Familia Real.

Un matrimonio bajo presión
Harry parece dispuesto a mantener abiertos los canales de comunicación con su padre, aun con las diferencias que persisten. Para Meghan, sin embargo, este acercamiento no es una simple cuestión familiar, sino un riesgo que podría socavar la estabilidad de su matrimonio. La divergencia de posturas estaría generando tensiones en la pareja.
Fuentes cercanas sostienen que Meghan está decidida a luchar “con uñas y dientes” por conservar a su marido. No quiere permitir que la institución que tanto daño les causó logre interponerse entre ellos. Su prioridad sigue siendo proteger la vida que han construido juntos en California, lejos de la presión del Palacio y de la prensa británica.

