La princesa Ana hablando frente a un micrófono al aire libre

El pasado más desconocido de la princesa Ana, hija de la reina Isabel II: es increíble

La princesa Ana, una vida sorprendente y discreta que ha pasado casi desapercibida para el gran público

La princesa Ana de Inglaterra celebró ayer sus 75 años, consolidándose como una de las grandes figuras de la Casa Real británica. Su trayectoria y compromiso la han convertido en un pilar fundamental de la monarquía.

Desde hace días, Buckingham Palace ha rendido homenaje a la princesa, recordando su dedicación y discreción. Sin embargo, hay aspectos de su vida que no todos conocen, y hoy repasamos algunos datos sorprendentes sobre esta singular royal.

Una mujer vestida de blanco con sombrero saluda mientras está de pie junto a un hombre con traje oscuro, ambos detrás de una barandilla decorada con flores de colores.
Dos bodas muy diferentes que reflejan la evolución personal y oficial de la princesa Ana | Europa Press

El pasado más desconocido de la princesa Ana

Ana ha vivido su vida pública con un perfil bajo, sin escándalos ni polémicas. Su divorcio fue el primero en la familia real, pero nunca afectó la estabilidad institucional. De hecho, su exmarido protagonizó la única controversia, relacionada con una infidelidad que salió a la luz años después.

Las dos bodas de Ana reflejan bien su carácter y la evolución de su papel dentro de la monarquía. La primera, en 1973, fue un evento masivo transmitido a millones. La segunda, en cambio, fue íntima y sencilla, reflejando su pragmatismo y discreción.

Desde joven, la princesa se entregó al servicio público con una agenda activa que ya supera los 20.000 compromisos. Ha apoyado a cientos de organizaciones y se ha destacado por su incansable labor, incluso frente a las dificultades familiares o políticas.

Una mujer mayor elegantemente vestida sonríe mientras conversa con un grupo de personas, entre ellas una mujer en silla de ruedas y dos jóvenes con chalecos azules, en un ambiente interior con paredes de piedra.
La nominación al Nobel de la Paz reconoció la labor humanitaria de la princesa Ana en 1990 | Instagram, @theroyalfamily

El increíble pasado de la princesa: la nominación al Nobel

La noticia más sorprendente sobre el pasado de la princesa Ana es su nominación al Premio Nobel de la Paz en 1990. Su labor social fue reconocida internacionalmente, destacando especialmente su trabajo con la organización Save the Children. 

El entonces presidente de Zambia elogió su dedicación a los niños más vulnerables, convirtiendo esta nominación en un reflejo claro de su compromiso social. Este compromiso, a menudo más discreto que sus responsabilidades oficiales, muestra otra faceta fundamental de la princesa Ana.

Aunque el premio finalmente fue para Gorbachov, la nominación marcó un momento importante para la princesa. Ella mantuvo la discreción exigida por el Comité Nobel y rara vez ha mencionado este reconocimiento públicamente.

Este gesto muestra que su influencia trasciende la monarquía y tiene un impacto significativo en causas humanitarias. Es un símbolo más de la princesa Ana como figura de compromiso y entrega constante.

La princesa Ana con uniforme militar y medallas camina junto a el príncipe Guillermo con uniforme de la fuerza aérea, mientras soldados con uniformes rojos están en primer plano.
Su compromiso y fortaleza han marcado el paso de la Corona en tiempos de cambio | Europa Press

Una royal con cifras que impresionan

Ana no solo destaca por su trabajo sino también por las decisiones que ha tomado para proteger a su familia. Sus hijos, Peter y Zara, no recibieron títulos reales, algo poco común, pero que les ha permitido vivir con mayor libertad.

Sus más de 20.000 compromisos públicos la sitúan como la miembro más activa de la familia real, superando incluso a su madre y hermanos. En eventos oficiales, ha sido un pilar de estabilidad y continuidad, especialmente en tiempos de cambio para la Corona.

A pesar de su alta exposición, Ana ha sabido mantener un perfil bajo, evitando protagonismos innecesarios. Su lealtad y eficacia la convierten en una de las royals más respetadas, dentro y fuera del Reino Unido.

La princesa Ana, la reina sin corona que sostiene la monarquía británica

Ana es mucho más que la hermana del rey Carlos III. Es la “reina sin corona” que ha sabido adaptarse y mantener la esencia de la Casa Real. Su labor ha sido clave para que el nuevo monarca pueda enfocarse en modernizar la institución.

Su entrega y fortaleza han hecho que la Casa Real se apoye en ella para enfrentar retos tanto públicos como familiares. Su nombre está ligado a la estabilidad y a la continuidad en momentos decisivos.

La princesa Ana ha demostrado a lo largo de sus 75 años que el verdadero liderazgo no siempre busca protagonismo ni aplausos. Su vida, marcada por un compromiso constante y una entrega silenciosa, la convierte en una figura imprescindible dentro de la Casa Real británica.