La princesa Charlene ha emocionado a todo Mónaco regresando a su pasado como nadadora olímpica. Sucedió durante la celebración del Día de la Seguridad en el Agua que tuvo lugar hace poco en el Principado. En el pasado, Charlene era nadadora profesional y formó parte del equipo sudafricano participando en las Olimpiadas de Sídney 2000.
Fue ese mismo año cuando conoció al príncipe Alberto de Mónaco, con el que contraería matrimonio poco después. Pese a su papel real, Charlene no ha olvidado su gran pasión y ha decidido convertirla en su mayor acto solidario. Gracias a su fundación, lucha para que los niños y adolescentes aprendan a defenderse en el agua y evitar así los ahogamientos.
La princesa Charlene regresa a su pasado olímpico
Hasta el año 2011, la ahora reconocida princesa Charlene no era más que una deportista de élite. Su gran pasión era la natación y dedicó gran parte de su vida a ello hasta convertirse en nadadora olímpica. Hasta que, en el año 2000, su camino se cruzó con el de Alberto de Mónaco y su vida dio un giro de 180 grados.
No obstante, para asombro y emoción de todos, la princesa Charlene sorprendió hace unos días regresando a su pasado acuático. Con motivo de la celebración del Día de la Seguridad en el Agua, Charlene ha vuelto a la piscina. Y lo ha hecho para dar visibilidad a la importancia de saber defenderse en el agua y reaccionar ante posibles accidentes acuáticos.
El evento, dirigido especialmente a niños y jóvenes, busca concienciar sobre la importancia de la prevención de ahogamientos mediante técnicas básicas de natación. Charlene, exnadadora olímpica de Sudáfrica, compartió recuerdos de su carrera deportiva mientras animaba a los pequeños asistentes a confiar en sus habilidades dentro del agua.
Una vez más, se pudo ver a la princesa Charlene en las piscinas, pero en esta ocasión por una buena causa. Y es que, a pesar de su rol en el Principado, la mujer de Alberto no ha olvidado la que continúa siendo su gran afición. Como deportista de élite, continúa muy vinculada al mundo acuático, aunque ahora con fines solidarios.
La princesa Charlene transforma su pasión por una buena causa
En el Día de la Seguridad del Agua, la princesa Charlene quiso asegurarse de que su mensaje llegaba a todos los presentes. Incluso sus hijos, Jacques y Gabriela, participaron del acto para animar a los niños a sumarse a la natación.
La vocación de la princesa por promover la seguridad acuática nace de su propia experiencia y de su deseo de proteger a las nuevas generaciones. Desde hace años, su Fundación Princesa Charlene de Mónaco impulsa programas en todo el mundo para enseñar a niños y jóvenes a nadar con responsabilidad.
La fundación trabaja en más de 40 países, desarrollando proyectos que combinan deporte, educación y prevención de ahogamientos. Además, trata de fortalecer valores como la disciplina y el respeto al agua.
A través de su organización, Charlene ha formado a instructores y ha apoyado escuelas. También ha financiado iniciativas locales centradas en mejorar la seguridad en ríos, playas y piscinas comunitarias.
De esta manera, la princesa ha encontrado la forma de unir su afición por la natación a sus deberes en el Principado. Lo que, sin duda, le ha ayudado a sentirse realizada sin borrar del todo su pasado como nadadora.
El Día de la Seguridad en el Agua fue un gran éxito. Muchos niños participaron en las actividades y aprendieron sobre seguridad. Charlene interactuó con ellos, compartiendo su experiencia como deportista olímpica y demostrando su compromiso con la seguridad acuática.
Algo fundamental ahora que comienza el verano y las playas y piscinas se llenan de niños y jóvenes dispuestos a darse un chapuzón. La prevención y la atención es primordial para evitar ahogamientos y posibles accidentes.