El príncipe Harry en primer plano y al fondo Meghan Markle abraza y besa a Archie en una cocina iluminada

El príncipe Harry dice basta y confiesa lo de su hijo, el príncipe Archie: muy fuerte

Se descubre el plan que tenía preparado el príncipe Harry para el príncipe Archie y que hubiera cambiado todo

El príncipe Harry ha decidido dar un paso al frente y confesar algo inédito de su hijo, el príncipe Archie: se planteó cambiarle el apellido. Concretamente, el marido de Meghan consideró seriamente añadir el sobrenombre Spencer, el de la familia de su madre, Lady Di, a sus dos hijos. Esta decisión habría supuesto un cisma considerable con la Familia Real británica y la ruptura total y definitiva.

El motivo de este planteamiento se debe a cuestiones burocráticas relacionadas con los pasaportes del príncipe Archie y Lilibet. La idea consistía en adoptar el nombre Spencer como reacción a inesperados retrasos en la expedición oficial de los documentos. Según fuentes citadas por la prensa británica, Harry barajó esta posibilidad durante una conversación con su tío Charles Spencer.

El príncipe Harry con traje oscuro camina al aire libre.
El príncipe Harry estuvo a punto de dinamitar a su familia paterna | Europa Press

El príncipe Harry desvela sus planes con el príncipe Archie

Desde que el príncipe Harry decidió romper definitivamente con la Familia Real británica, cada paso ha estado dirigido a destruir su imagen institucional. El duque de Sussex ha concedido entrevistas y ha realizado documentales donde su familia no sale bien parada. Ahora, ha trascendido un nuevo plan de Harry que tiene como protagonista a su hijo, el príncipe Archie.

Tal y como se ha publicado, el príncipe Harry ha dicho basta y ha confesado sus intenciones de cambiar el sobrenombre de su primogénito. En lugar de que Archie lleve los de la Familia Real británica, el duque de Sussex se ha planteado ponerle el apellido Spencer. El título que hace honor a su familia materna, la de Lady Di.

El príncipe Harry, duque de Sussex, y su esposa Meghan, duquesa de Sussex, junto con su hijo Archie se reúnen con el arzobispo Desmond Tutu y la señora Tutu en la fundación de su legado.
Harry quiso cambiar el apellido de su hijo Archie | Europa Press

La idea de adoptar el apellido Spencer surgió como una alternativa ante la burocracia y los problemas para obtener la documentación necesaria para sus viajes. El detonante fue la espera de seis meses que la familia afrontó para obtener documentos que normalmente llegan en apenas tres semanas, generando frustración comprensible. De ahí que el príncipe Harry dijera basta y se planteara tomar esta medida tan drástica y polémica.

Harry y sospechaba que incluir títulos reales junto al apellido Sussex había ralentizado el trámite, alimentando su percepción de trato desigual desde palacio. El cambio de apellido no solo habría afectado la identidad de los niños. También habría tenido implicaciones significativas en su posición dentro de la línea de sucesión al trono británico.

El príncipe Harry estuvo a punto de cambiar el futuro del príncipe Archie

La tensión entre el príncipe Harry y la familia real británica se ha intensificado en los últimos años. La decisión de renunciar a sus deberes reales y mudarse a Estados Unidos, fue un paso significativo que marcó un punto de inflexión. También afectó al príncipe Archie y a su hermana Lilibet.

Ambos pequeños llevan años sin ver a su familia paterna y esta situación no parece estar cerca de solucionarse. Sobre todo tras saber que Harry estuvo muy cerca de cambiar el futuro de sus hijos con un simple cambio de apellidos.

Montaje de fotos de primer plano del príncipe Harry y el rey Carlos III, ambos con rostro serio.
Harry desafió a su padre optando por el apellido de Lady Di | Europa Press, es.catalunyadiari.com

Adoptar Spencer implica rechazar Mountbatten‑Windsor, apellido creado para unir los linajes reales y de Felipe de Edimburgo. Lo que, indudablemente, afecta a la línea de sucesión, dejando fuera de ella al príncipe Archie.

Por no hablar de que la fractura con la Familia Real británica se haría mucho más grande y difícil de reconducir. La propuesta nunca se materializó, pero su consideración refleja la profundidad de las tensiones que persisten tras la salida de los Sussex de la realeza. Si hubiera prosperado, la decisión habría sido interpretada como un desafío frontal a la autoridad de Carlos III y al mismo sistema de títulos británicos.

Abandonar el apellido paterno habría representado símbolo de independencia, pero también de desarraigo. Incluso sin concretarse, la propuesta dejó claro el poder que los símbolos poseen dentro de la monarquía, donde cada elección comunica lealtad o rebelión.