Bidart ha vuelto al foco mediático tras difundirse imágenes de Iñaki Urdangarin y su pareja, Ainhoa Armentia, disfrutando de un día de playa en Ilbarritz. Este escenario marcó el primer avistamiento público de la pareja en 2022. Un momento en el que confirmaron la ruptura con la infanta Cristina y dieron pie a un nuevo capítulo en la vida del exduque.
Más allá de la imagen veraniega, la curiosidad recae en el pueblo donde Urdangarin posee un piso exclusivo y protegido. ¿Qué tiene Bidart para cautivar a una familia real y convertirse en refugio de secretos y renacimientos personales?

Bidart, el pueblo de Francia donde se refugia Iñaki Urdangarin
Bidart es un encantador pueblo vascofrancés que sorprende por su atmósfera relajada. Sus playas, entre ellas Ilbarritz, combinan arenas doradas y oleaje suave, ideales para el surf y el descanso. Además, los acantilados rodeados de vegetación ofrecen miradores naturales con vistas al océano.
El núcleo urbano conserva su esencia tradicional. Las fachadas blancas con contraventanas rojas, las plazas con terrazas animadas y las tiendas de productos locales generan una atmósfera serena, sin perder autenticidad. Pese a su cercanía a ciudades turísticas como Biarritz, mantiene un perfil discreto, alejado del bullicio y del turismo masivo.
En cuanto a servicios, Bidart ofrece una amplia gama de restaurantes donde predomina la cocina vasca con influencias francesas. También cuenta con panaderías tradicionales, mercadillos artesanales, galerías de arte local y centros de yoga y bienestar. Para los amantes del deporte, las rutas de senderismo y ciclismo por los montes cercanos son un atractivo añadido.

Otro de los encantos de Bidart es su comunidad tranquila y hospitalaria. Aunque pequeña, la localidad alberga una población que valora la calma, la convivencia y el respeto por la privacidad de sus residentes. Es este componente humano lo que terminó por consolidar a Bidart como el enclave predilecto de Iñaki y Cristina durante años.
Su proximidad a Biarritz y San Juan de Luz añade atractivo logístico. En apenas 10 minutos en coche, se accede a aeropuertos y estaciones de tren. Esto facilita la llegada desde España o cualquier otro punto de Europa sin perder la sensación de estar en un remanso de paz.
El piso protegido y muy exclusivo de Iñaki Urdangarin en Bidart
El piso de Urdangarin en Bidart mide casi 100 metros cuadrados y destaca por su distribución funcional y estratégica ubicación. Consta de dos dormitorios, un baño completo, un aseo adicional y cocina independiente. Es un inmueble diseñado para ofrecer comodidad y discreción, en una zona residencial tranquila con fachadas blancas y vistas abiertas.
El salón está equipado con un sofá cama y ventanales que permiten la entrada de luz, a la vez que ofrecen una vista del mar. Desde él se accede a una pequeña terraza con orientación sur, ideal para desayunos en familia o momentos de descanso. La vivienda también dispone de garaje, piscina comunitaria y un amplio jardín compartido, características poco frecuentes en propiedades costeras de este tamaño.
A nivel arquitectónico, el piso es modesto, pero su encanto reside en lo práctico: funcional, privado y bien ubicado. Durante años, fue el centro de operaciones estival de la familia Urdangarin-Borbón. Allí pasaron veranos, Semanas Santas e incluso algunas Navidades, siempre alejados del foco mediático.

Lo más sorprendente es que, tras el escándalo del Caso Nóos, esta propiedad no fue objeto de embargo ni forma parte del reparto de bienes. “El piso de Bidart, que es la única vivienda en común que el exmatrimonio pudo salvar tras el Caso Nóos”, explican en Mujer Hoy.
Este dato revela la importancia de la propiedad para la familia. Más que un bien material, el inmueble simboliza un legado de privacidad y refugio emocional. Es, en muchos sentidos, lo único que queda intacto de aquella vida compartida.
A día de hoy, sigue estando vinculado a Iñaki Urdangarin, aunque ya no forme parte del entorno institucional que un día ocupó. Además, según fuentes cercanas, Claire Liebaert, madre del exduque, aún mantiene una residencia cercana, lo que facilita encuentros familiares más discretos.
Bidart se revela como mucho más que un destino vacacional; es el espacio donde Iñaki Urdangarin refunda su vida tras la tormenta. El pueblo y su piso protegido encarnan la fusión de historia familiar, discreción y exclusividad.