A sus 82 años, Raphael sigue demostrando que el tiempo no lo detiene, ni en el escenario ni en su vida personal. El legendario cantante ha reaparecido con fuerza tras unos meses de retiro forzado, provocado por un linfoma cerebral que lo obligó a pausar su carrera. En una entrevista íntima con Carlos Franganillo en su propia casa, ha compartido reflexiones sobre su salud, su familia y, por primera vez con franqueza, sobre su hijo Manuel Martos.
Durante la conversación, el artista ha revelado que estos meses de enfermedad le han hecho replantearse muchas cosas, pero nunca su pasión por la música. Ha retomado su carrera con determinación y sin mirar atrás, ofreciendo conciertos como si el tiempo no hubiera pasado. Lo más importante para él ha sido mantenerse fiel a su esencia: entregarse por completo a su público y a su familia.

En un momento especialmente emotivo de la entrevista, Raphael ha hablado de lo importante que ha sido su entorno cercano en esta etapa. “La familia ayuda muchísimo, aunque no quieran, te están ayudando”, ha dicho con convicción. Ha destacado que el amor de los suyos le ha dado seguridad, especialmente en los momentos de mayor incertidumbre durante su recuperación.
El papel fundamental de Manuel Martos y la familia en la recuperación de Raphael
Y dentro de ese núcleo esencial aparece, Manuel Martos. “Es muy importante”, ha afirmado con claridad, mientras hablaba del valor de tener una familia sólida. Sus palabras han estado cargadas de emoción y orgullo, dejando claro que el vínculo con su familia es profundo y esencial.
El cantante también ha reconocido que siempre se ha volcado en su familia, y que eso ha sido parte de su equilibrio personal y profesional. Ha recalcado que, sin ese respaldo, habría sido mucho más difícil enfrentarse a los desafíos recientes. La sensación de estar arropado por los suyos le ha permitido volver al escenario con más fuerza que nunca.

Raphael vuelve al escenario con el apoyo incondicional de su hijo, Manuel Martos
Tras superar el susto de salud, Raphael ha regresado a los escenarios por todo lo alto, actuando en el Teatro de la Zarzuela, donde todo comenzó. En su reencuentro con el público, ha sentido que volvía a empezar, como si fuera un debutante lleno de ilusión. “Yo soy carne de escena y moriré en el escenario”, ha afirmado.
La entrevista ha mostrado a un Raphael cercano, reflexivo y lleno de vida tras meses complejos. Al hablar de la familia, ha dejado entrever una gratitud profunda, sin necesidad de grandes gestos. Sus palabras han transmitido una emoción serena, fruto de una trayectoria vivida con intensidad.

Ha señalado que el apoyo familiar ha sido determinante para afrontar este capítulo de su vida, sin ellos, todo habría sido distinto. En ese entorno cercano, su hijo Manuel ha estado presente en todo momento, aportando una fortaleza clave en su proceso de recuperación. Gracias a ese entorno firme, ha regresado a los escenarios con una energía renovada y con más razones que nunca para seguir.