Continúan las tiranteces entre el rey Carlos y Meghan Markle tras las últimas informaciones que llegan desde Inglaterra. Una última hora apunta a que todo lo que se ha rumoreado sobre la duquesa de Sussex es completamente verdad.
Solo hay que atender a lo que está sucediendo en casa del rey Carlos y cómo Meghan piensa reaccionar al respecto. Su decisión será determinante y marcará el devenir de las relaciones familiares.

El rey Carlos confirma la información de Meghan Markle
La relación entre el rey Carlos y Meghan Markle ha sido tensa desde el inicio. No es solo fría, sino casi inexistente, no hay confianza mutua. Sobre todo después de que la duquesa de Sussex aireara en una entrevista y en su documental sus problemas con la Familia Real británica.
Justo cuando ahora se apunta a una reconciliación con entre Harry y Carlos, se confirma la información sobre Meghan: ella se queda fuera. El propio rey lo ha admitido mediante el gesto de no intervenir para integrar de nuevo a Markle en la familia. El soberano ha mantenido la distancia con su nuera desde que se alejó de Palacio y así piensa continuar.

Por su parte, Meghan tampoco parece dispuesta a dar su brazo a torcer. Su vida en California junto a Harry es todo lo que deseaba y no piensa volver a la rectitud que impone la institución. Así lo confirma Duncan Larcombe, un experto en la familia del rey Carlos.
“Meghan probablemente sea bastante reacia a venir al Reino Unido”, cuenta. El experto asegura que cualquier acercamiento entre padre e hijo no cambia la postura de Meghan. El motivo principal es que es incapaz de olvidar todo el daño que, según ella, le hicieron.
Por no hablar de las “amenazas reales y genuinas”, que señalan, está padeciendo junto a Harry. Su seguridad en Reino Unido no está garantizada, pues, tras abandonar el país, se les fue retirada toda protección pagada por los ciudadanos. El rey Carlos no ha movido un dedo para cambiar esta situación, lo que ha contribuido al malestar de Meghan.
Meghan Markle marca las distancias con el rey Carlos
Cuando Harry y Meghan decidieron alejarse de la monarquía en 2020, todo se quebró. A partir de ahí, los gestos se volvieron distantes y dolorosos con el rey Carlos. Markle ha dejado claro que no se siente parte de la Familia Real, no quiere regresar, ni tampoco tiene interés en intentarlo.
Aunque Harry busque reconciliarse con su padre, ella no está dispuesta a volver. No confía en el entorno real. No se siente segura dentro del palacio.

Desde que vive en California, Meghan ha construido su vida sin mirar atrás, tiene nuevos proyectos, nuevas alianzas y otra forma de entender la fama. Ni siquiera una reconciliación entre Harry y el rey Carlos parece suficiente para cambiar su postura. La decisión está tomada.
Para ella, regresar sería traicionarse, sería volver a un sistema que la rechazó, la criticó y la silenció cuando más necesitaba apoyo. El rey Carlos tampoco ha hecho grandes esfuerzos por acercarse a ella, y, en su idea de reconciliarse, solo piensa en Harry. Meghan se queda completamente al margen.
Mientras el rey Carlos representa tradición, silencio y jerarquía, Meghan representa cambio, autonomía y exposición. Son polos opuestos que no encuentran un punto de encuentro que les beneficie a ambos.
La cuestión está en cómo encajará todo esto Harry y si supondrá un impedimento a la hora de hacer las paces con su padre. Su situación augura un futuro muy complicado con dos pesos pesados fundamentales en su vida.
Por un lado, está el rey, afectado por una dura enfermedad, y por otra, su mujer y madre de sus hijos. Cualquier paso que dé tendrá consecuencias que marcarán para siempre su vida.