El 1 de junio de 2006 se apagó la vida de Rocío Jurado dejando a su familia y seres queridos desolados por su triste pérdida. Comenzaba entonces una “guerra” por la herencia que supuso el fin de la unión familiar Mohedano-Jurado.
Después de toda una vida trabajando y llena de éxitos, Rocío Jurado había conseguido un gran patrimonio que se tasó entonces en 7 millones de euros.
La herencia de Rocío Jurado, que este mes de septiembre habría celebrado su 79 cumpleaños, ha estado rodeada de polémica, debido a los problemas que generó su legado entre sus familiares.
Su hija, Rocío Carrasco, removía estas rencillas familiares hace un año, con la segunda parte de su docuserie ‘El nombre de Rocío’.
Rocío Jurado tenía un patrimonio valorado en 7 millones de euros
Sus polémicas últimas voluntades, redactadas en septiembre de 2004, fueron respetadas por todos los herederos pero abrieron brechas familiares que todavía hoy continúan sin resolverse.
En ellas, su única hija biológica, Rocío Carrasco, se convertía en heredera universal, en detrimento de su viudo, a quién le negó la cuota viudal. Y de sus dos hijos adoptivos, Gloria Camila y José Fernando.
La herencia de Rocío Jurado se dividió en tres partes: el tercio de legítima estricta, que le correspondió a sus tres hijos. El tercio de libre mejora, que la cantante quiso que correspondiera a Rocío Carrasco. Y el tercio de libre disposición, que recayó en su marido, sus dos hermanos, su sobrino Fernando y su exsecretario Juan de la Rosa.
Rocío Carrasco, la gran beneficiaria
Como heredera universal, Rocío recibió los derechos de sus trabajos artísticos (27 discos y 9 películas). Un piso en Miami que la cantante había comprado antes de casarse con José Ortega Cano. Parte de otro apartamento en Miami Beach que Rocío Jurado había adquirido a medias con el torero. Y la finca El Administrador, un terreno con viñedo y bodega propia que había comprado durante su matrimonio con Pedro Carrasco.
Además, la primogénita de la artista heredó pertenencias de gran valor sentimental, como las joyas y los vestidos de su madre.
En su testamento, también dispuso que Montealto, la casa familiar de La Moraleja, se vendiera. Y que el dinero de esa venta se repartiera entre sus tres hijos, Rocío Carrasco, José Fernando y Gloria Camila.
Dicha propiedad se vendió en el año 2008, en plena crisis, en 3 millones de euros. Constituyó el tercio de la legítima que se repartieron sus tres hijos. La cantante dejó por escrito que debía venderse antes de que se cumplieran los dos años de su fallecimiento. Por lo que su viudo Ortega Cano tuvo que abandonar el hogar conyugal y trasladarse a vivir con los dos hijos menores de la pareja a la finca Yerbabuena.
A Ortega Cano le dejó sus reses
“Yo no conocía el testamento, ni nadie. Yo no hablé nunca con Rocío de eso, no sabía ni que había ese testamento. Yo me negaba totalmente a hablarlo con ella”, confesaba el diestro a Inés Ballester en TVE, después de la muerte de su esposa.
Y añadía: “Creo que Rocío habrá tenido sus motivos para decidir poner en venta la casa en la que vivíamos, yo respeto muchísimo su decisión, su voluntad. Para mí lo ha hecho perfecto y lo ha hecho pensándolo mucho y muy consciente y acertadamente”.
A Ortega Cano, con el que se casó en régimen de separación de bienes, le dejó su parte de la ganadería de reses bravas que compraron conjuntamente durante su matrimonio. En aquel momento, la ganadería contaba con unas 800 cabezas y se encontraba en Yerbabuena, la finca que Ortega Cano había comprado a Espartaco por 1,8 millones de euros en 1991.
En 2013 Ortega Cano vendió esta propiedad, situada en la localidad sevillana de Castilblanco de los Arroyos, a la empresaria peruana Rocío Torres Carcasi. Según trascendió a la prensa, por 5,4 millones de euros.
Los Mohedano, beneficiarios principales del tercio de libre disposición
El tercio de libre disposición recayó en la familia de Rocío Jurado, los Mohedano. Y en Juan de la Rosa, su fiel secretario, que falleció seis meses después que la artista.
A su hermano Amador le dejó una nave industrial en San Sebastián de los Reyes, Madrid. Y para compartir con su hermana Gloria, la finca San Pedro, conocida como Los Naranjos. La artista también tuvo en cuenta a su ahijado Fernando, hijo de Amador Mohedano y Rosa Benito. A él le dejó otra nave en San Sebastián de los Reyes.
También dejó a su hermana Gloria la casa 'Mi abuela Rocío', una decisión que tomó porque su hermana era la única que no tenía alojamiento en Chipiona.
Finalmente, a su amigo y fiel secretario durante varias décadas, Juan de la Rosa, un dúplex en Chipiona, situado muy cerca del puerto deportivo y de la playa.