En Montecito, entre jardines cuidados al milímetro y la calma del Pacífico californiano, se ha gestado una nueva y sorprendente amistad que no ha dejado indiferente a nadie. Los duques de Sussex, Harry y Meghan, han abierto las puertas de su hogar a Brooklyn Beckham y Nicola Peltz.
Muchos ya consideran este gesto como una alianza emocional y social con cierto sabor a ruptura familiar. Lejos de ser una cena entre celebridades, el encuentro ha destapado una afinidad inesperada y, según parece, una situación incómoda para David y Victoria Beckham.
Confirman la última hora de Meghan Markle y Brooklyn Beckham
Todo comenzó con una velada informal en la mansión de los Sussex. Una cena íntima que, lejos de lo superficial, se convirtió en un espacio de confidencias y complicidad. Meghan Markle y Nicola Peltz, al parecer, conectaron de inmediato a través de una profunda conversación.
Ambas han sido señaladas públicamente como las "culpables" de distanciamientos familiares. Meghan, por su ruptura con la Casa Real británica, y Nicola, por el supuesto enfriamiento entre Brooklyn y sus padres.
Este intercambio de experiencias no solo reforzó la empatía entre ambas, sino que también consolidó un vínculo con potencial para perdurar. Tanto es así que, según fuentes cercanas, se produjo un intercambio de teléfonos al finalizar la velada.
En el caso de Harry, su cercanía con Brooklyn habría sido particularmente natural. Compartiendo no solo el hecho de haber crecido bajo la presión mediática, sino también la experiencia reciente de tensiones con sus respectivas familias.
Del Megxit al Beckxit
En paralelo, este acercamiento habría tenido un efecto opuesto en los Beckham. La reciente ausencia de Brooklyn y Nicola en la celebración del 50º cumpleaños de David Beckham levantó sospechas sobre un posible distanciamiento más profundo.
A esto se suma una relación ya deteriorada entre los duques de Sussex y el matrimonio Beckham. Especialmente tras antiguas acusaciones de filtraciones a la prensa que habrían erosionado la confianza entre ellos.
Mientras en el Reino Unido las tensiones entre Harry y su familia siguen sin resolverse, en California parece que los Sussex han encontrado nuevos aliados. Y aunque en Montecito reina la calma, esta amistad naciente podría avivar viejos rencores en Londres.