En las monarquías modernas, la infancia rara vez transcurre lejos del escrutinio público. Ser hijo de soberanos implica crecer rodeado de cámaras, exigencias y expectativas que poco tienen que ver con la vida común de un crío.
Este es el caso del príncipe Jacques de Mónaco. Asus diez años, el vástago de Alberto comienza a mostrar señales de madurez tras años de protagonizar titulares poco halagüeños por su carácter difícil y su actitud desafiante.

Jacques de Mónaco no ha tenido una infancia fácil
El sucesor de Alberto de Mónaco y Charlene ha sido durante mucho tiempo descrito por medios locales como un pequeño testarudo. Según recogía un diario del principado, Jacques "se distingue por ser un niño rebelde, contestón y malcriado".
"Insiste en que todo se haga a su manera y no acepta un no como respuesta". La misma fuente señalaba que su posición como heredero al trono habría alimentado una actitud "presuntuosa" que generaba incomodidad en Palacio.

Se confirman los mejores rumores sobre Jacques, hijo de Alberto II
Sin embargo, parece que el tiempo y la experiencia han empezado a moldear al pequeño príncipe. En un reciente viaje a la región francesa de Côtes-d'Armor, Jacques y su hermana Gabriella sorprendieron por su actitud cercana y educada con el público.
Fue una de las primeras apariciones en las que se percibió verdadera complicidad entre ambos hermanos, así como una actitud más comedida por parte de Jacques de Mónaco. Este viaje marca un nuevo hito en la vida pública de los hijos del príncipe Alberto.

Especialmente tras los años de ausencia de su madre por problemas de salud, que alimentaron todo tipo de rumores. Durante ese tiempo, Jacques y Gabriella vivieron alejados de Charlene, y su padre tuvo que responder a sus dudas y gestionar la situación.
Jacques parece estar entrando en una nueva etapa. "Ellos ya empiezan a comprender sus roles y a entender los deberes y las obligaciones que tienen", dijo Charlene en una entrevista. Y es que los príncipes no solo heredan coronas, también responsabilidades.
La evolución de Jacques de Mónaco refleja el complejo equilibrio entre crecer como una criatura y formarse como heredero al trono. Aunque su carácter lo ha llevado a protagonizar episodios polémicos, los últimos gestos públicos dejan entrever un cambio significativo.