Durante mucho tiempo, Shakira y Gerard Piqué fueron una de las parejas más populares del mundo del espectáculo. Su historia comenzó en 2010 y parecía sólida, con dos hijos en común y una vida compartida entre Barcelona y la escena pública.
Sin embargo, en 2022 anunciaron su separación. Desde entonces, la cantante colombiana ha canalizado gran parte de ese dolor emocional a través de su música. De sus vivencias personales en letras cargadas de sentimiento.

Shakira rompe a llorar
Lejos de cerrar ese capítulo, Shakira ha hecho de su proceso de ruptura una parte importante de su discurso artístico. Así lo ha demostrado en su reciente álbum Las Mujeres Ya No Lloran, donde aborda el final de una relación que marcó su vida.
En cada parada de su nueva gira, esa emoción se hace presente. Sin embargo, fue en Querétaro, México, donde se vivió uno de los momentos más intensos. Mientras interpretaba la canción Última, uno de los temas más personales del disco, la artista se vio claramente afectada.
En medio del escenario, su voz se quebró y se la vio con lágrimas en los ojos. Ante la imposibilidad de continuar cantando, pidió apoyo al público. Miles de asistentes entonaron la canción junto a ella, creando una atmósfera cargada de empatía y emoción.
Todos piensan en Gerard Piqué
El episodio fue grabado por varios fans y no tardó en hacerse viral en redes sociales. Las imágenes muestran la vulnerabilidad de una artista que, a pesar de su éxito global, no es ajena al dolor personal.
Esta conexión emocional con su público ha sido una constante en la gira, pero el concierto en Querétaro dejó una huella especial. Más allá de este instante conmovedor, Shakira está atravesando uno de los momentos más potentes de su carrera.

Cada concierto en México ha sido recibido con entusiasmo. Producciones de gran nivel, coreografías trabajadas y un repertorio que mezcla sus clásicos con sus nuevas canciones hacen que cada presentación sea un éxito.
La emoción vivida en Querétaro reforzó el mensaje de empoderamiento que transmite Shakira desde su nueva etapa artística. Lejos de esconder su dolor, la artista lo convierte en música, y sobre el escenario encuentra en su público una forma de sanar.

