Durante años, la princesa Estefanía de Mónaco ha sido un personaje fascinante, cuya vida y estilo siempre han estado rodeados de misterio y encanto. Con su espíritu rebelde, se convirtió en una figura admirada tanto en el Principado como fuera de él.
Hoy, más de tres décadas después de su irrupción en la moda, un homenaje inesperado está a punto de revelarse. Esta vez, el tributo viene de la mano de su hija, Pauline Ducruet. Un gesto personal que destaca el legado de una de las figuras más camaleónicas de los Grimaldi.
Sin embargo, este no es solo un acto de nostalgia, sino una nueva y fascinante propuesta que conecta generaciones. ¿Qué tiene que ver Estefanía con este proyecto tan personal? Pauline ha decidido rendirle un tributo único.

Sorpresa en casa del príncipe Alberto
Pauline Ducruet ha lanzado una cápsula de bañadores que es todo un tributo a los años 80. Una época en la que su madre irrumpió en el mundo de la moda con su línea de bañadores Pool Position.
"Quería celebrar la libertad de los años 80", comentó Pauline en la presentación de la colección. Esta línea no solo revive la estética de la serie Los vigilantes de la playa, sino que también juega con las superposiciones y cortes innovadores que en su momento fueron rompedores.
La modelo que luce los bañadores en las fotos lleva un peinado que recuerda al que la princesa Estefanía lucía en aquella década. Un estilo que, al igual que la colección, nos transporta a una época de moda audaz y única.
Se confirma algo muy importante sobre Estefanía de Mónaco
El vínculo entre madre e hija se refleja en la colección de una manera muy personal. Pauline recordó cómo veía a su madre preparándose para galas con vestidos de lujo y diamantes, pero al día siguiente, la princesa Estefanía las llevaba al colegio con jeans gastados.
"Mi madre era una mujer fuerte que se expresaba a través de la moda, al igual que mi abuela", expresó Pauline. Esta mezcla de lujo y rebeldía es la base de sus colecciones, y la cápsula Pool Position no es la excepción.
La impronta de Mónaco está presente en toda la creación de la colección. Aunque Pauline estudió en el Instituto Marangoni de París y en la prestigiosa escuela Parsons de Nueva York, siempre ha considerado a Mónaco su hogar.

La colección no solo es un homenaje a su madre, sino también a sus raíces, con todo el proceso de creación de los diseños realizado en el Principado. Además, las fotografías con las que se presentan los bañadores fueron tomadas con cámara analógica.
Pauline no está sola en su aventura empresarial. Siempre ha contado con el apoyo incondicional de sus padres, Estefanía y Daniel Ducruet, quienes han sido su mayor apoyo en su carrera.
Además, su primo Alexandre, hijo de Alberto de Mónaco, también ha formado parte de su viaje en el mundo de la moda. Siendo modelo de su firma y acompañándola en eventos internacionales como la Semana de la Moda de París.
Este homenaje no solo consolida la carrera de Pauline Ducruet como diseñadora, sino que también subraya el poder y la influencia de Estefanía de Mónaco. Una mujer que, con su estilo y su actitud, sigue siendo una fuente de inspiración para las nuevas generaciones.