Julio Iglesias y Miranda Rijnsburger han cumplido por fin el sueño de tener una casa en Galicia, una tierra muy especial para el cantante. Sin embargo, esta compra no es un hecho aislado ni reciente. Hace más de cuarenta años Julio ya intentó adquirir una propiedad en la región y ambos saben que ese deseo llevaba décadas gestándose y que ahora se ha hecho realidad.
En 1981, la revista Protagonistas publicó un reportaje que mostraba la búsqueda de Iglesias por un pazo gallego. Acompañado por su padre y el periodista Jesús Mariñas, recorrió lugares emblemáticos como Playa América, Cambados y Vigo. A pesar de su entusiasmo, aquella compra nunca llegó a concretarse, algo que Julio y Miranda recuerdan con claridad.
Durante años, la intensa agenda internacional de Julio Iglesias dificultó su estancia en España, y especialmente en Galicia. Su base principal estuvo en Miami, y luego en Málaga, donde compró la finca ‘Las Cuatro Lunas’. Aunque esta propiedad fue importante, no logró reemplazar el vínculo emocional que Julio sentía hacia su tierra natal.
El sueño gallego de Julio Iglesias y Miranda Rijnsburger se hace realidad
El doctor Iglesias Puga, padre de Julio, le recomendaba frecuentemente que “hay que volver a los orígenes, aunque solo sea para recuperar el olor de la tierra”. Esta frase ha acompañado durante años al cantante, que hasta ahora no había podido cumplir plenamente esa recomendación. Con la compra del chalé en Piñor, Julio y Miranda han cerrado un círculo que llevaba abierto mucho tiempo.
La finca adquirida tiene 1.600 metros cuadrados construidos y un terreno de 16.000. La propiedad pertenecía al exalcalde Manuel Cabezas y su venta fue confirmada por medios locales. Para Julio, que compuso Canto a Galicia y donó sus derechos tras la tragedia del Prestige, esta compra representa un compromiso sentimental muy profundo.
Por fin, Julio Iglesias y Miranda Rijnsburger cumplen la promesa que llevaba décadas pendiente
Más allá del valor económico, esta adquisición simboliza la intención de Julio Iglesias de transmitir a sus hijos el amor por sus raíces. Durante su infancia, ellos pasaron veranos en Playa América, y ahora podrán fortalecer esa conexión. Julio siempre quiso que sus hijos aprendieran a querer “el espíritu de esta tierra”, como hizo él gracias a su padre.
En definitiva, Julio Iglesias y Miranda Rijnsburger saben que esta vez no es la primera vez que intentan cumplir este sueño, pero sí la definitiva. Tras décadas de espera, la compra del chalé en Galicia representa la culminación de una promesa familiar y un regreso emocional. Finalmente, ese anhelo largamente postergado ha visto la luz.