Dos personas mayores, un hombre y una mujer, miran en direcciones opuestas con expresiones serenas y un fondo desenfocado.

Todo cambia en el matrimonio del rey Carlos y la reina Camila: ya está confirmado

Una fuente cercana al rey Carlos y a la reina Camila desvela la realidad que esconde la pareja cuando nadie los ve

La intimidad del matrimonio del rey Carlos y la reina Camila acaba de ver la luz confirmándose lo unidos que están. Los reyes de Reino Unido nos tienen acostumbrados a una imagen institucional con pequeños gestos que muestran su cercanía. No obstante, ahora ha trascendido cómo son en realidad cuando se encuentran fuera del foco mediático.

David Cholmondeley, vecino del rey Carlos y la reina Camila y marqués de Cholmondeley, ha desvelado toda la verdad. Del padre del príncipe Guillermo solo puede decir que es “un vecino maravilloso” y que Camila está muy pendiente de él. Tanto que le ha pedido que baje el ritmo de sus responsabilidades, algo que él se niega a aceptar.

Dos personas mayores -que son el rey Carlos III y Camilla Parker- sonríen mientras están de pie, con un fondo desenfocado y una tercera persona en el fondo.
Así se comportan Carlos y Camila cuando nadie los ve | Europa Press

La relación del rey Carlos y la reina Camila queda al descubierto

El rey Carlos y la reina Camila no han dejado de estar en el foco mediático desde que se supo su relación en la década de los 90. Lo que muchos apuntaban a un simple escarceo del todavía marido de Lady Di se acabó convirtiendo en una auténtica historia de amor. Un romance que culminó llevando al trono a Carlos y a Camila.

Sus apariciones públicas demuestran la cercanía y el cariño que existe entre ellos, pero ¿cómo son cuando nadie los ve? David Cholmondeley, vecino de Carlos y Camila en Norfolk, ha destapado la realidad del matrimonio. Con ello, se confirma lo unidos que están y lo mucho que la reina cuida a su esposo, quien se encuentra luchando contra un cáncer.

Carlos III y la reina Camila sonríen mientras caminan juntas, una de ellas lleva un traje azul y la otra un vestido y sombrero azul claro.
La reina Camila está muy pendiente del rey Carlos | Instagram, @theroyalfamily

Cholmondeley relata las veces en las que los reyes acuden a su finca de recreo de Sandringham, en Norfolk. Hasta allí se desplazan para tomarse un tiempo de descanso y aprovechar para vivir una vida más relajada. Tal y como cuenta, es habitual ver al rey Carlos paseando o haciendo tareas propias del común de los mortales.

“Es un vecino maravilloso, le encanta Norfolk, pasar tiempo tranquilo aquí y plantar árboles, parece que nunca para”, relata sobre las aficiones del rey. Precisamente es este ritmo frenético que parece llevar lo que ha hecho que la reina Camila se preocupe por él y le pida que delegue.

Una petición que el rey Carlos se niega a aceptar por mucho que su esposa se lo ruegue. “No bajará el ritmo ni hará lo que le digan”, cuenta David que le confesó la misma reina Camila en una de sus conversaciones. Esto confirma la inquietud de la reina y lo atenta que está de que la salud de Carlos no se resienta.

El rey Carlos y la reina Camila más unidos que nunca

La relación entre el rey Carlos y la reina Camila se caracteriza por una profunda complicidad y comprensión mutua, forjada a lo largo de décadas. Camila ha sido un pilar fundamental en la vida del rey, ayudándole a superar los momentos más complicados.

Su apoyo constante y su capacidad para manejar las emociones de Carlos han fortalecido su vínculo y consolidado su relación. Si en sus apariciones institucionales mantienen el protocolo, en su vida cotidiana, la pareja real comparte momentos de tranquilidad y actividades sencillas.

La reina Camila y Carlos III posan juntas frente a una ventana, una mujer lleva un vestido azul y un hombre viste una camisa blanca con detalles azules.
Camila y Carlos confirman lo unidos que están | Europa Press

Por ejemplo, disfrutan de la lectura en la misma habitación, cada uno en su rincón, sin necesidad de conversar constantemente. Lo que demuestra el grado de complicidad que hay entre ellos y la capacidad de disfrutar el uno del otro sin tener que interactuar.

Con el paso de los años, el matrimonio apuesta por alejarse del mundanal ruido y llevar una vida relajada. Por ello, su residencia en Norfolk se ha convertido en su refugio y en el lugar idóneo para desconectar de la rigidez de la monarquía.