Movistar, a través de Telefónica, ha logrado adjudicarse un importante contrato público que ha generado polémica y ha dejado a Orange en clara desventaja. El Ministerio de Defensa ha otorgado a la operadora azul un proyecto valorado en 9,7 millones de euros. Es para desplegar una red de comunicaciones 5G en el centro de adiestramiento militar de San Gregorio, en Zaragoza.
Este campo es considerado el más importante del Ejército de Tierra y una pieza clave para la OTAN en Europa. El contrato se enmarca dentro de un acuerdo firmado a principios de año entre el Ministerio de Defensa y el Ministerio de Transformación Digital. Además, cuenta con financiación europea, lo que refuerza su importancia estratégica.
La nueva red permitirá avanzar en ámbitos como la ciberseguridad, la protección de datos y el desarrollo de tecnologías encriptadas. Son aspectos fundamentales para las fuerzas armadas actuales.

Orange protesta, pero no gana
La adjudicación no ha estado libre de polémica. Orange presentó un recurso contra el proceso de licitación, alegando que las condiciones técnicas del contrato eran discriminatorias. Según la operadora, los pliegos estaban diseñados de tal forma que solo Telefónica podía cumplir con los requisitos exigidos, dejando fuera de juego a otros competidores.
El operador naranja defendía que esto vulneraba el principio de igualdad de trato entre las empresas que querían presentarse. El recurso provocó la suspensión temporal del procedimiento, entre el 14 de abril y el 21 de mayo de este año. Todo esto mientras el Tribunal Administrativo Central de Recursos Contractuales (TACRC) analizaba la situación.
Orange pedía directamente la anulación de los pliegos, argumentando que eran demasiado restrictivos. Y que no permitían ofrecer alternativas tecnológicas similares a las de Movistar (Telefónica).
Sin embargo, el tribunal no dio la razón a Orange. Aunque en un primer momento se aceptó estudiar su reclamación, finalmente el TACRC desestimó el recurso. Y permitió que el proceso de adjudicación siguiera su curso.

Así, el 21 de mayo se levantó la suspensión, y poco después el contrato fue finalmente asignado a Telefónica. Esto dejaba claro que la estrategia de Movistar fue más eficaz.
Una apuesta clave para el futuro
El proyecto en San Gregorio no es uno más. La infraestructura que desplegará Movistar dotará al centro militar de una red de última generación que servirá no solo para el entrenamiento de las tropas españolas. También de contingentes aliados.
La noticia ha generado impacto en el sector, ya que demuestra la posición dominante de Telefónica en licitaciones públicas de gran calado. Especialmente cuando se trata de redes 5G en entornos sensibles como el militar. Orange, que no ha ocultado su frustración, ve cómo Movistar vuelve a adelantarse en un terreno estratégico.