José De Arcos Ballesteros lleva desaparecido desde el pasado 15 de julio. El catalán de 75 años de Sant Vicenç del Castellet, desapareció en Lourdes, en Francia, mientras estaba de excursión con la Peña Azulgrana del municipio.
La familia lleva buscándolo desde el mes de julio, y todavía no ha aparecido. Pepe se perdió sobre las 11:30 horas del día 15, mientras se encontraba cerca del santuario. Según informó la policía, se podría haber desorientado, iba vestido con un polo azul, unos pantalones grises y una bandolera marrón.
Este martes, casi dos meses después, se han podido conocer nuevas hipótesis.
Pepe llamó para pedir ayuda
Según ha publicado Regió 7, Pepe se podría haber desorientado, de hecho su familia sospechaba que tenía principios de Alzheimer. Durante su estancia en Lourdes, se podría haber desorientado.
De hecho, según apunta Regió 7 todo indica que sobre las 11:30 horas se separó del grupo para ir a la farmacia. Sobre las 14:00 horas empezó a hacer las primeras llamadas: «Me he perdido. Estoy aquí, veo un puente de hierro, vacas...», le indicó a sus compañeros de la excursión.
«Mira a ver si ves a alguien que te pueda indicar, Pepe», le contestaron. «No veo a nadie, solo a algún ciclista», indicó. A pesar de que su hijo, Marc, asegura que se cruzaron varías llamadas, no sirvieron para nada.
Todo apunta a que Pepe se desorientó, «describía como si estuviera en un bosque próximo a Sant Vicenç», indica Marc. «La policía francesa no hizo nada, y lo peor es que lo podrían haber hecho», añade.
«La policía francesa no hizo nada»
Según indica Marc, su hijo, la policía francesa no hizo nada. Los compañeros de Pepe alertaron de la desaparición y no se lo tomaron en serio. Dijeron que «tenía que pasar un tiempo para iniciar una búsqueda, que alguien lo encontrará».
El grupo insistió que podía estar desorientado, pero tampoco sirvió para nada. «Contestaron que esto no es América y que no podrían localizar el teléfono», detalla Marc.
Al ver que la policía no lo buscaba, la familia empezó una batida para encontrar a Pepe. A pesar de que todavía no se ha encontrado el cuerpo, encontraron una pieza de ropa interior y un zapato que, aparentemente, serían suyos.
Cuando consiguieron que la policía empezara a hacer un rastreo, pudieron empezar a atar las primeras piezas del puzle. El rastreo se hizo cinco días después, tras insistir mucho. «Cuando el perro olió el zapato, fue directamente en la zona donde se habían encontrado los calzoncillos, lo que indica que es de la misma persona», indica Marc.
A pesar de estos primeros indicios, la búsqueda está paralizada, y la policía ha asegurado a la familia «que no pueden hacer nada más». «Estamos abandonados», indica con la esperanza de encontrar algún día el cuerpo de su padre.