Montaje de fotos de primer plano de un plato de restaurante y, al lado, una imagen de una mujer con rostro de sorpresa

Beatriz Larrea, nutricionista: 'Haces un error con tu cena en verano todos los días'

Beatriz Larrea avisa de la hora que debes cenar en julio y agosto

El calor, los días largos y las cenas al aire libre hacen que durante el verano muchas personas cambien su rutina alimentaria casi sin notarlo. Podría ser un gesto inofensivo, pero retrasar la hora de la cena puede afectar más de lo que se piensa al metabolismo, al descanso y al sistema digestivo. Así lo advierte la nutricionista Beatriz Larrea, quien señala que cenar tarde es uno de los errores más comunes y perjudiciales en esta época del año.

Según Larrea, muchas personas mantienen horarios de cena cercanos a las 21:30 o incluso más tarde durante el verano. Esto se debe en parte al ritmo social y a la costumbre de aprovechar la luz natural hasta última hora. Pero desde el punto de vista de la salud, el organismo no está preparado para digerir correctamente cuando ya se está preparando para dormir.

Comida y zumo de naranja sobre un mantel en la playa con varias personas a lo lejos
Pues sí, te tocaría cenar de día: a las 19h | Getty Images

Beatriz Larrea habla claro

La especialista, autora del libro El cerebro atómico, propone adelantar la cena a las 19:00 horas. Aunque a muchos les parezca una medida extrema, asegura que los beneficios son evidentes cuando se mantiene con constancia. No solo mejora la digestión, sino que también permite al cuerpo iniciar antes los procesos de reparación y descanso nocturno.

“Cenar tarde provoca digestiones pesadas, menor descanso y acumulación de grasa”, explica Beatriz Larrea. Para ella, una de las claves para mantener una buena salud metabólica está en respetar un ayuno nocturno de al menos 12 horas. Es algo que solo se logra si se termina de comer temprano. Si una persona cena a las 19:00 y desayuna a las 7:00 del día siguiente, estaría cumpliendo fácilmente con ese intervalo recomendado.

Este consejo no está dirigido solo a quienes quieren perder peso. También beneficia a personas con problemas digestivos, inflamación intestinal, insomnio o incluso fatiga crónica. Al permitir que el cuerpo tenga más horas sin alimento, se favorecen procesos internos de limpieza y regeneración celular.

Además de la hora, la nutricionista recomienda que las cenas sean ligeras. Verduras al vapor, proteínas suaves como huevos o pescado blanco, cremas frías de vegetales o legumbres cocidas son opciones adecuadas. Evitar los fritos, los azúcares, las carnes rojas y los alimentos ultra procesados es esencial para no sobrecargar el sistema digestivo justo antes de dormir.

El verano, dice Beatriz Larrea, puede ser una oportunidad para reconectar con un estilo de vida más equilibrado. El cuerpo agradece los ritmos ordenados y las digestiones livianas.

Aunque parezca difícil en una primera etapa, cenar temprano puede convertirse en una rutina natural con el tiempo. Especialmente si se acompaña de una cena sencilla y sin pantallas.

Los estudios en crononutrición —una rama que investiga cómo influye el momento en que comemos— respaldan estas recomendaciones. Comer de noche no solo afecta la digestión, también altera los ciclos hormonales, el sueño y la regulación de la glucosa.

Así que, si este verano sientes pesadez después de cenar, tienes dificultades para dormir o notas hinchazón al despertar, quizá no se trate solo del calor. Tal vez sea hora de revisar el reloj y adelantar tu cena. Tu cuerpo, asegura Beatriz Larrea, podría notarlo mucho más de lo que imaginas.