Felipe V, primer rey de la casa de borbón de España, inicia a finales de 1717 las obras para la construcción de un gran edificio para el Real Cuartel de Guardias de Corps y encarga su traza al arquitecto Pedro de Ribera. Esta edificación durante mucho tiempo fue el más grande de la capital con más de 25.000 m2 de superficie, 228 metros de línea de fachada, una importante portada labrada en piedra, una gran plaza central, dos patios laterales y unos amplísimos espacios destinados a caballerías. Muchos lo consideran como el último gran ejemplo de la arquitectura madrileña antes de la introducción del estilo italiano a partir de las obras del nuevo Palacio Real.
Aunque durante el siglo XIX se afirmaba que el nombre de Cuartel del Conde Duque, por el que ha sido siempre conocido este edificio, se debía al Conde Duque de Olivares, famoso valido de Felipe IV inmortalizado por Velázquez, investigaciones más documentadas prueban que este título de Conde Duque se refiere con toda probabilidad al III Duque de Berwick y Liria, Conde de Lemos (1718-1785). Este duque es descendiente de los reyes de Inglaterra y estaba casado con una hija del duque de Alba, cuya familia conservó la propiedad de los terrenos del cuartel hasta 1943.
Al albergar el Cuartel del Conde Duque compañías españolas, alemanas, italianas, flamencas y americanas y estar muy próximo al famoso Seminario de Nobles, han sido muy numerosas las personalidades históricas internacionales que han tenido relación con este edificio, que durante el siglo XIX fue también academia militar y observatorio astronómico.
Sin embargo, un devastador incendio en 1869 destruyó los pisos superiores y marcó la decadencia del edificio que, desafectado de su uso militar en 1969, comenzó a ser rehabilitado con fines culturales por el Ayuntamiento de Madrid, bajo la dirección del arquitecto Julio Cano Lasso (1920-1996). Actualmente se encuentra rehabilitado más de la mitad de la superficie total correspondiente a los Patios Norte y gran parte del Central, aunque se continúan los trabajos de adecuación de otras zonas del edificio.
A continuación, voy a relatar una investigación realizada sobre el terreno.
Investigación del lugar
En los sótanos de la hemeroteca, los sucesos se manifiestan de una forma variada. En ciertos momentos, a últimas horas de la tarde, varios de ellos se producen, pero pocos son los que los advierten. Por casualidad me encontré en ese sótano del que tanto me habían hablado, y no tuve más remedio que buscarme la manera para ir sin ser en horas de trabajo. Esperé a mi salida, y cuando terminé la jornada, sin quitarme la ropa de trabajo, me fui otra vez hacia ese lugar mágico tan lleno de misterio. Cuando bajé por el ascensor, hacia los sótanos, y entré, vi unas impresionantes bóvedas.
El lugar me llenó de emoción al ver tantas obras de arte convertidas en libros maravillosos conservados de una forma excepcional, gracias al laborioso trabajo de las personas que allí trabajan, y que ponen todo su empeño en cuidar con todo su amor esas delicadas piezas...
Comenzó la sesión por pasar el detector de biomasa III, encontrando varios campos electro estáticos por las distintas zonas, tras lo cual mi conclusión, y la más coherente, es pensar que era debido al polvo que acumulan las obras, ya que como sabemos, este se carga de energía estática. Aun así, en varias zonas comencé a intentar conseguir alguna locución, realizando una serie de anotaciones antes de empezar, como tipo de preguntas que iba a realizar, ruidos que se escuchaban en el ambiente, tales como ruido de aires acondicionados, máquinas, ruidos del edificio etc.
Al cruzar toda la zona me encontré con una puerta, observando unas escaleras de caracola de granito espectaculares, una auténtica obra de arte, y al entrar me pareció ver a lo lejos una luz azul neón. Me acerqué hacia una puerta de cristal que estaba cerrada para poder ver de donde surgía y encontrar una procedencia a esa posible luz, ya que mi teoría era que su procedencia pudiese ser de algún aparato electrónico tipo router, hub o algo parecido, y no encontrando nada me quedé unos 10 minutos, mirando a través de los cristales. Observé a través de mi monocular de visión nocturna, y tampoco localice ninguna luz, pensé en algún efecto óptico o algo parecido, y realice otra sesión de locuciones buscando el resultado de las mismas.
Al siguiente día, empecé a conversar con distintos trabajadores, me aportaron distintos datos, personal de la empresa de seguridad, funcionarios y personal de las empresas privadas coincidían en la misma historia, pero el testimonio más impresionante fue el que me contó el personal de seguridad y un funcionario.
El testimonio era el siguiente, después de varias personas afirmando que habían visto a un posible señor con capa y traje militar por la zona, hubo dos personas que lo vieron. Uno de ellos al asustarse se quedó junto al ascensor, el otro que sabía como tratar estos temas mantuvo una posible conversación con la posible energía. Hablaron de varios datos como que él fue enterrado en vida junto a su hijo en ese lugar. Cuando me refiero a conversación me refiero a hablar como hablamos con palabras.
Al final consiguieron entre los dos, por las descripciones aportadas, reconocer que ese señor era el Gran General Cavalcanti, quien estuvo al mando del cuartel en la década de los 30. La posible energía les aportó varios datos de importancia, les dijo que miraran un periódico del año 1935, pero no les dijo que iban a ver, también se vio una foto del General Franco con el General Cavalcanti de 1936. Comencé a realizar una investigación recopilando datos de la figura del general para intentar encontrar el año y la causa de la muerte de este General.
Lo primero que hicimos fue descubrir cuáles eran las zonas de los sótanos y almacenes de donde acaecen los sucesos. Aunque el cuartel está lleno de noticias de posibles fenómenos, comenzamos la investigación de campo por los bajos de la hemeroteca, la zona de la cueva y lo que era una de las antiguas fresqueras del cuartel, situado en la zona intermedia de los sótanos del patio norte.
Procedimiento de la investigación
1- Procedimos a pasar el detector de biomasa por toda la zona 0, comenzando a ver dentro de la cúpula donde estaba en años pasados la fresquera (lugar donde se conservaban los alimentos echando el hielo por un agujero situado en el patio actualmente tapado con un sumidero canalizado) viendo alteraciones en el detector clásicas de campos electro estáticos.
Intenté seguir ese campo durante metros, pero desapareció o el aparato se volvió neutral, ya que se acostumbra al campo pasado un tiempo. Aun así lo descargué y comencé la búsqueda otra vez por toda la cúpula y volvió la aguja a tener fluctuaciones muy interesantes.
2- Preparé los equipos de grabación, acoplando el minidisc en una de las zonas para grabar toda la investigación, y una grabadora de sobremesa, con micro externo para comenzar los experimentos psicofónicos, comenzando a realizar las preguntas pertinentes relacionadas con el lugar.
3- Procedimos a hacer una sesión fotográfica a ver si podíamos localizar algo interesante en ellas, comenzando por tirar fotos en todos los lugares donde se supone que ha sido visto y donde se había mantenido ese posible contacto con la energía.
4- En uno de los momentos en los que escuchamos un extraño ruido en el cual parecía que se había movido algo, procedimos a apagar las luces y saqué mi monocular de visión nocturna con infrarojos, para comprobar si podíamos divisar algo, y fue curioso como una niebla luminosa se movía por la habitación. Pensando que era por tener suciedad el monocular, procedimos a encender la luz, a limpiarlo y a volver a hacer el experimento, la niebla continuó unos segundos y fue como si desapareciera.
Al escuchar las grabaciones de los dos primeros días, no obtuve ningún resultado esclarecedor, ya que aunque realicé una serie de preguntas, esta vez no fueron contestadas como a mí me hubiese gustado. La investigación seguía por su camino y ahora es el momento de recopilar datos de este valiente General, os mantendremos informados en breves, no os preocupéis la historia continuará.