El reconocido chef malagueño Dani García, galardonado con varias estrellas Michelin, ha sorprendido a sus seguidores con una firme advertencia culinaria. En su canal de YouTube, ha explicado con claridad qué ingrediente jamás deberíamos añadir cuando cocinamos gambas a la plancha. Incluso ha reconocido que cada vez que lo ve, se queda “en shock”.
El ingrediente en cuestión es el aceite, y el chef ha sido contundente al respecto. “Aceite no, por favor”, ha repetido en varias ocasiones, subrayando que este gesto aparentemente inofensivo cambia por completo la experiencia de comer una buena gamba. Para él, la clave está en respetar el producto sin añadir grasas innecesarias que lo desvirtúen.

El aceite, enemigo del sabor natural
El malagueño ha explicado que las altas temperaturas de la plancha provocan que el aceite se queme y deje un regusto desagradable. Además, las gambas cocinadas de esta forma terminan grasientas y pesadas, perdiendo la frescura que las caracteriza. Por eso insiste en que se trata de una práctica que debería desterrarse de la cocina.
“Es sentido común… no lo veo agradable, y creo que se equivocan. Hay que respetar el sabor natural de la gamba blanca, de la gamba roja, de la cigala”, ha defendido en su vídeo. Su mensaje no ha dejado indiferente a sus seguidores, que han visto en estas palabras una invitación a redescubrir el marisco de manera más auténtica.

Cómo lograr gambas jugosas sin complicaciones
En lugar de recurrir al aceite, García ha recomendado una técnica mucho más sencilla y natural. Se basa en colocar las gambas directamente sobre la plancha muy caliente, añadir sal gruesa y unas gotas de agua. Después, cubrirlas con papel de aluminio permite que el vapor realce el sabor y la textura del marisco sin necesidad de aditivos.
El cocinero también ha dado consejos sobre los tiempos de cocción, que considera esenciales para lograr un resultado perfecto. Para la gamba blanca, recomienda unos dos minutos por un lado y apenas un minuto por el otro. En cambio, la gamba roja puede requerir hasta dos minutos adicionales, siempre cuidando que la segunda vuelta dure la mitad que la primera.

Cuando lo simple es lo que mejor funciona
Este método no solo resalta la calidad del producto, sino que también resulta beneficioso desde el punto de vista nutricional. Al eliminar el aceite, se reducen calorías y grasas innecesarias, lo que convierte la receta en una opción ligera y saludable. Además, las gambas aportan proteínas de alto valor biológico, así como minerales como yodo, zinc o selenio.
Para García, la cocina debe basarse en realzar el producto sin disfrazarlo. “Siempre las he comido así, tapándolas con papel de aluminio, y siempre me ha parecido que respetaba a la perfección el sabor”, ha afirmado convencido. Su consejo, simple pero categórico, ha servido para recordar que, a veces, lo mejor en la cocina es no complicarse.