La NASA vuelve a ser protagonista en la agenda política de Estados Unidos. La agencia espacial se enfrenta a un nuevo desafío que podría alterar de manera significativa sus operaciones en los próximos meses. Y es que lo que era hasta ahora una misión de rutina se ha convertido en el centro de una polémica.
La agencia ha recibido un ultimátum desde la Casa Blanca en las últimas horas. El presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, ha enviado un mensaje claro y contundente. Hay que cumplir una instrucción que cambiará el rumbo de uno de los programas más valiosos de la NASA.

Donald Trump ordena eliminar dos satélites de la NASA
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha emitido una orden urgente que obliga a la agencia espacial a deshacerse de dos satélites. Una decisión de última hora que ha sorprendido a la comunidad científica. Y es que afecta directamente a las misiones sobre el cambio climático.
Según ha informado NPR, Trump exige que la NASA actúe con rapidez. El objetivo: destruir cuanto antes los satélites encargados de medir el dióxido de carbono en la atmósfera y evaluar la salud de los cultivos. Un golpe que afectará a granjeros, investigadores y compañías del sector energético, quienes dependen de estos datos para sus actividades diarias.
La decisión de Trump afecta a dos observatorios en órbita. Estos satélites proporcionaban información sobre la concentración de dióxido de carbono y otros indicadores ambientales. A pesar de que aún les quedaban más de tres años de vida útil, el presidente ha determinado que deben ser retirados de servicio de forma inmediata.

No obstante, Donald Trump no ha explicado cuáles son los motivos que le han impulsado a tomar esta decisión con la NASA. Pero parece ser, a pesar de lo que muchos podrían pensar, que no sería motivada por aspectos económicos.
Según David Crisp, científico de la NASA retirado en 2022, mantener activos estos satélites apenas costaba 15 millones de dólares al año. Sin embargo, las órdenes de Trump no dejan margen para la negociación. La NASA deberá cumplir la directriz presidencial y planificar la destrucción de estos dispositivos.
La NASA, en el punto de mira
Este drástico cambio de rumbo ha despertado preocupación en algunos sectores. Y es que hay expertos que alertan ya de que esta medida pone en entredicho el liderazgo de Estados Unidos en la exploración espacial y la investigación medioambiental.

A pesar de todo, no es la primera vez que la administración Trump choca con las líneas de trabajo de la NASA. Durante su mandato, el presidente ha mostrado reticencias hacia los programas vinculados al cambio climático, priorizando otros proyectos espaciales más mediáticos. Ahora, con esta orden directa, la Casa Blanca marca un nuevo punto de inflexión en la relación entre el gobierno y la agencia espacial.