En uno de los parajes más bellos del centro de Madrid, en la ribera del río Manzanares con vistas a la montaña de Príncipe Pío, se esconde una ermita con una historia muy especial, La Real Ermita de San Antonio de la Florida, dedicada a San Antonio de Padua.
La devoción a San Antonio en Madrid, es muy antigua, desde antes de ser Capital, cuando aún era una Villa, los madrileños del siglo XVI eran devotos de este santo, e iban a comer los panecillos bendecidos de San Antonio y así asegurarse pan para un año. La ermita fue cambiando de lugar siendo construida y demolida, por lo menos tres veces que se tenga constancia.
La actual fue inaugurada en el año 1798, reinando Carlos IV, y en la primera piedra puesta hay una cápsula del tiempo que contiene varias monedas de oro con la esfinge del rey. Diez años después, la madrugada del 3 de Mayo de 1808, la ermita fue testigo del fusilamiento de 41 madrileños a manos de las tropas francesas, dando el comienzo de la Guerra de la Independencia.
Muy cerca de la ermita y cruzando las vías del tren por el puente, está el Cementerio de La Florida, donde están enterrados los fusilados y varios de los héroes del levantamiento del 2 de Mayo. Centrándonos en la ermita y en las tradiciones, el interior está decorado con frescos de Goya, ya que en 1798 Francisco de Goya era pintor de cámara y Carlos IV le encomendó la tarea de pintar los seis metros de cúpula.
Durante seis meses de arduo trabajo, Goya estuvo subido en andamios para que actualmente podamos disfrutar de la belleza de las imágenes, a pesar de su tenebrosidad. Pinturas que muestran algunos de los milagros más importantes de San Antonio y la gran calidad que tenía el artista.
Los trece alfileres
Entre las tradiciones más populares, curiosas y románticas de la Villa, está la moda que pusieron “las modistillas” a mediados del siglo XVIII. Un ritual muy característico y único en el mundo, lleno de simbolismo, con el número trece de protagonista y con distintas teorías del porqué de este número.
Según la tradición popular, la fiesta nace con la costumbre de unas modistillas madrileñas del siglo XIX que esparcían trece alfileres en la pila bautismal de la ermita, simulando el acto de las arras matrimoniales, por eso son trece los alfileres vertidos.
Posaban la mano encima de ellos y los alfileres que se quedaban pegados en la palma de la mano, simbolizaban los pretendientes que iban a tener en el año. Si solamente quedaba uno, esto significaba, que a quien conociera en fechas próximas, sería el amor para toda la vida.
Según la tradición de las arras del matrimonio, deben de ser trece monedas, una por cada mes y la que sobra es para que tengas siempre lo necesario en tu familia y no te falte nada en tu hogar. La otra teoría de porqué se usan trece alfileres, tiene relación con la fecha del santoral de San Antonio, ya que al ser el 13 de Junio, hay algunas personas que afirman que los trece alfileres son en conmemoración de ese día.
Entre las costumbres, aparte de los alfileres, las jóvenes casamenteras recitaban unos versos dedicados a San Antonio y desde entonces hasta nuestros días, multitud de visitantes van a pedirle al santo el amor para comenzar una relación, o simplemente para mantenerla.
La “Verbena de San Antonio de la Florida” como se la llamaba cariñosamente, era la primera fiesta del año y más de una pareja de entonces, se afianzaba delante de San Antonio. Actualmente, tanto mujeres como hombres, van cada 13 de Junio a pedirle al santo el amor verdadero y la felicidad que éste conlleva, realizando tan especial ritual.
¿Cómo hacer la oración a San Antonio para tener novio?
«San Antonio Bendito que al monte fuiste, el rosario y el silabario perdiste, te encontraste con Jesús, quien te consoló y tres virtudes te dio:
-Que lo olvidado se recordará,
-Que lo perdido se encontrará y
-Que lo alejado se acercara"
Para lograr el máximo de efectividad esta oración debe recitarse 3 veces al día durante 9 días.
El mausoleo de Goya
En el año 1881 la ermita fue convertida en parroquia. Más tarde, en el año 1905 fue declarada monumento nacional y comenzó una preocupación lógica, ya que con el paso del vulgo y los cirios continuamente encendidos, las obras de arte del pintor maño podían estar en peligro y deteriorarse. El cambio de clima y el humo era la máxima preocupación.
Desde 1919 está enterrado en la ermita el propio Goya, que fue trasladado desde la cripta de La Colegiata de San Isidro y sabemos que el cuerpo no está entero ya que le falta la cabeza. Las teorías de porqué le falta la cabeza al de Fuendetodos, es polémica.
Una de las teorías que se barajan es que fue adquirida por algún reputado médico para ser sometida a estudio. La verdad de la historia es que el pintor maño está enterrado junto a su gran amigo Martín Miguel de Goicoechea y ¿cómo saber con certeza que el cuerpo sin cabeza corresponde al de Francisco?
Goya fue exiliado de España por afrancesado, según las normas de Fernando VII. Francisco falleció en el exilio en Burdeos y fue enterrado en el Mausoleo de la familia Muguiro de Iribarren, junto a su amigo y consuegro Martín Miguel de Goicochea. En el año 1869, el estado español quiso recuperar los restos del pintor, pero no pudo hacerlo debido a una norma del país que impedía exhumar los restos en cincuenta años.
En 1888, por fin llega el momento de devolver los restos a España, pero éstos aparecieron esparcidos por el suelo del mausoleo junto a los de su consuegro Miguel. Los restos se juntaron y fueron preparados para ser enviados, pero el gobierno español, que no estaba muy conforme al no saber realmente si iban a traer los restos de Goya o no, decide no realizar el traslado. En 1899 vuelven de nuevo a exhumar los cuerpos, ya que el gobierno español decide que sean trasladados los restos de los dos.
Finalmente llegan éstos a Madrid y son enterrados en la cripta de la Colegiata de San Isidro. En 1900 vuelven a ser trasladados a una tumba agrupada de “hombres ilustres” en la Sacramental de San Isidro. El 29 de septiembre de 1919, fueron trasladados a la ermita de San Antonio de la Florida y hoy en día presiden la ermita, enterrados justo debajo de una de sus grandes obras.
Las gemelas
La preocupación por las obras del artista aragonés era mayúscula. Después de varios estudios y valorando distintas opciones, se llegó a la conclusión, que la mejor manera de conservar los frescos era construyendo otra ermita que hiciera solo las funciones de culto, y que la original, fuera conservada como museo y mausoleo de Francisco de Goya, así se podían conservar las pinturas y los restos del pintor y su amigo de la forma más correcta.
En el año 1925 concluyeron las obras y desde entonces, se pueden observar dos ermitas totalmente iguales, la original si nos ponemos de frente, sería la de la derecha. El ritual de los 13 alfileres se sigue haciendo todos los años cada 13 de junio, pero por supuesto, no donde está enterrado el pintor, sino en su ermita gemela especialmente diseñada para el culto.