La rotación de la Tierra se ha acelerado en los últimos años, y el planeta podría batir un nuevo récord en apenas semanas. Graham Jones, astrofísico de la NASA, ha anticipado que podríamos vivir el día más corto de la historia moderna jamás registrado hasta ahora. El fenómeno ha sido observado con relojes atómicos de altísima precisión, que han confirmado un acortamiento progresivo en la duración de los días.
En los últimos años, se han detectado días que han durado menos de las tradicionales 24 horas, aunque la diferencia es prácticamente imperceptible. Desde 2020, los científicos han registrado múltiples jornadas con ligeras reducciones en milisegundos, lo que ha generado un interés creciente. El récord actual lo mantiene el 5 de julio de 2024, cuando el día se acortó exactamente 1,66 milisegundos respecto a la media habitual.

Una aceleración inesperada que desafía teorías previas
El cambio ha resultado desconcertante para la comunidad científica, ya que la tendencia hasta ahora era la contraria y bien documentada. La Tierra había ido frenando su rotación durante milenios por la influencia gravitatoria de la Luna, un proceso gradual pero constante. Sin embargo, esta reciente aceleración ha sido una sorpresa inesperada y aún no existe una explicación definitiva.
Algunos estudios han vinculado este comportamiento con la posición de la Luna en su órbita, particularmente cuando se aleja del ecuador terrestre. En determinadas fechas, esa distancia podría afectar el momento angular del planeta, produciendo variaciones minúsculas pero medibles en su rotación. Aun así, no existe consenso científico sobre esta hipótesis compartida por algunos investigadores, y la incógnita sigue abierta.

¿Cuándo viviremos el día más breve?
Graham Jones ha señalado que si la tendencia continúa, los récords podrían seguir cayendo en los próximos años, con días aún más breves. Las fechas estimadas para un nuevo mínimo se ubican entre el 9 de julio y el 5 de agosto de este año. Aunque imperceptible para la mayoría de las personas, este fenómeno sí tiene consecuencias en sectores muy específicos y sensibles.

En campos como la navegación por satélite, la meteorología avanzada o las telecomunicaciones, incluso un milisegundo puede alterar la sincronización global. Por eso, los expertos están prestando especial atención a estas variaciones, por mínimas que parezcan, para prevenir desajustes. El tiempo, literalmente, es oro para la infraestructura tecnológica del planeta, que depende de una exactitud milimétrica.
Rotación acelerada: ¿cómo nos afecta realmente?
Cabe destacar que esta aceleración no implica ningún riesgo inmediato para la humanidad ni representa una amenaza catastrófica. No nos vamos a caer del planeta ni a ver el Sol apagarse pasado mañana, por lo que no es necesario entrar en pánico. Aun así, el fenómeno ha abierto nuevas líneas de investigación sobre el comportamiento interno de la Tierra y su núcleo.
Algunos científicos sugieren que, si esta aceleración en la rotación de la Tierra persiste durante millones de años, nuestro planeta podría terminar girando sincronizadamente con la Luna. Eso significaría que las mareas desaparecerían y que desde aquí siempre veríamos la misma cara lunar, como si estuviera fija. Pero no hay por qué alarmarse: ese escenario está tan lejano en el tiempo que ni nosotros ni muchas generaciones futuras estaremos presentes para vivirlo.

Solo podemos esperar a ver si se confirma la predicción de Jones y el récord vuelve a romperse en cuestión de días. Si es así, viviremos, aunque ni lo notemos conscientemente, el día más corto registrado en la historia moderna. Y aunque no tengamos que adelantar el reloj, el planeta sí parece tener algo de prisa últimamente.