Hombre mayor con camiseta amarilla y toalla en el cuello sufre por el calor bajo el sol intenso mientras se sostiene la cabeza y el pecho, en la esquina aparece Magdalena Perello sonriente y un gráfico de advertencia de temperatura alta

Magdalena Perelló, cardióloga: 'Las olas de calor suben la mortalidad cardiovascular'

La cardióloga Magdalena Perelló explica cómo el calor extremo afecta al corazón y qué hábitos ayudan a protegerlo

Las olas de calor han aumentado la mortalidad cardiovascular, según ha explicado la cardióloga Magdalena Perelló en sus recientes declaraciones en La Razón. Este fenómeno climático extremo afecta directamente al sistema cardiovascular, elevando el riesgo de complicaciones graves en pacientes vulnerables. La experta ha subrayado que entender esta relación es clave para prevenir daños mayores en la salud cardíaca.

A raíz de su libro Corazón sano, Perelló ha profundizado en cómo las altas temperaturas impactan en el funcionamiento del corazón y los vasos sanguíneos. Durante las olas de calor, los vasos sanguíneos tienden a dilatarse, lo que provoca una bajada de la presión arterial. Esta descompensación puede ser peligrosa especialmente en personas con hipertensión o insuficiencia cardíaca, que ven agravados sus síntomas en estas condiciones.

Altas temperaturas y vida moderada: una combinación de alto riesgo

Además, el calor extremo favorece la deshidratación, un factor que espesa la sangre y aumenta el riesgo de formación de coágulos. Estos coágulos pueden obstruir arterias y desencadenar eventos como infartos o ictus, por lo que la incidencia de estos problemas se incrementa durante las olas de calor. Según Perelló, es fundamental que los pacientes con enfermedades cardiovasculares tomen precauciones extras en estos períodos.

La especialista también alerta sobre la importancia de no normalizar hábitos de vida perjudiciales que agravan el daño cardiovascular. Pasar muchas horas sentado, consumir alimentos ultraprocesados, dormir mal y vivir con estrés constante inflaman y dañan las arterias. Esta inflamación prolongada genera placas de ateroma que dificultan el flujo sanguíneo y elevan la presión arterial, aumentando la posibilidad de sufrir infartos o accidentes cerebrovasculares.

Una mujer abanicándose con un vano para no pasar tanto calor
Las olas de calor junto al sedentarismo puede ser especialmente peligroso | Getty Images

El vínculo entre cerebro y corazón, más fuerte de lo que creemos

Por otro lado, la cardióloga ha explicado que el vínculo entre el corazón y el cerebro es estrecho y bidireccional. El estrés activa el sistema nervioso simpático, que acelera la frecuencia cardíaca y la presión arterial, favoreciendo la inflamación arterial. De manera interesante, las emociones negativas mantenidas en el tiempo alteran el equilibrio hormonal, y pueden incluso provocar el “síndrome del corazón roto”, que simula un infarto pero con origen emocional.

Además, las emociones positivas, como la alegría y la risa, tienen un efecto protector. Liberan endorfinas y oxitocina, que relajan las arterias y reducen la presión arterial, mostrando que cuidar la salud mental es igual de importante que la física para mantener un corazón sano. En su libro propone además hábitos y recomendaciones para mejorar la salud cardiovascular de manera práctica y accesible.

Hombre sentado en un sofá con expresión de estrés y las manos en la cabeza
Vivir bajo estrés tiene un impacto directo sobre la salud cardiovascular | Pexels

Cómo cuidar tu salud cardiovascular de forma efectiva

Respecto a las vacaciones, Perelló ha comentado que descansar bien ayuda a bajar los niveles de cortisol, la hormona del estrés, y a normalizar la presión arterial. Los estudios muestran que quienes no disfrutan de descansos regulares tienen mayor riesgo de sufrir infartos. Por ello, recomienda distribuir pequeños momentos de descanso durante el año en lugar de esperar a unas pocas semanas para recuperarse.

La alimentación también juega un papel clave, según la especialista. Comer ultraprocesados aunque se mantenga una dieta saludable incrementa picos de triglicéridos y colesterol LDL oxidado, dañando las arterias. La base debe ser una dieta equilibrada y consistente, con fibra, verduras y alimentos fermentados que favorecen una microbiota intestinal protectora.

Montaje de una chica bebiendo agua haciendo ejercicio junto a la imagen de un vosa lleno de agua
Mantenerse activo y bien hidratado favorece el bienestar general | Pexels

Para terminar, ha recordado que el ejercicio regular fortalece el corazón y mejora la circulación. La OMS recomienda 150 minutos de actividad aeróbica moderada a la semana y dos sesiones de fuerza, adaptando la intensidad según la edad y los factores de riesgo. Antes de comenzar un régimen más exigente, ha aconsejado un chequeo cardiovascular para detectar posibles problemas ocultos.