Con la llegada del verano, muchas personas han experimentado la molesta sensación de tener los oídos taponados, un síntoma que puede aparecer tanto por resfriados como por los cambios bruscos de presión. Miguel Vaca, miembro de la Sociedad Española de Otorrinolaringología, ha explicado cuál es el truco para evitar este problema y así disfrutar de la temporada sin molestias auditivas. Su consejo es realizar una maniobra sencilla y efectiva que ha ayudado a muchas personas a prevenir esta incomodidad.
El especialista detalla que el oído está conectado con la parte posterior de la nariz mediante la trompa de Eustaquio, un conducto pequeño que iguala la presión y drena las secreciones. Durante un resfriado, esta trompa puede inflamarse o bloquearse por la acumulación de moco, lo que genera esa sensación de taponamiento. Normalmente, el malestar aparece con el resfriado, pero también puede darse en ciertas actividades como vuelos o buceo, por los cambios rápidos de presión en el oído.

Oídos taponados sin estar resfriado: causas comunes y soluciones
Otras causas frecuentes del oído taponado incluyen la rinitis alérgica y la sinusitis, que pueden inflamar el conducto que conecta el oído con la nariz. Estas afecciones provocan inflamación y dificultad para equilibrar la presión dentro del oído medio. Por eso, es habitual sentir esa molestia durante temporadas de alergias o infecciones respiratorias.
Para combatir esta molestia, Miguel Vaca recomienda realizar la maniobra de Valsalva, que consiste en cerrar la boca, tapar la nariz y tratar de insuflar aire suavemente por la nariz. Esta técnica permite equilibrar la presión dentro del oído medio y aliviar el taponamiento de forma rápida y segura. Además, aconseja las inhalaciones de vapor y los lavados nasales con suero fisiológico para aflojar la mucosidad.

Si el taponamiento no cede: señales de alerta
Si la sensación de oído taponado persiste más allá del resfriado o se acompaña de dolor intenso, el otorrino recomienda consultar con el médico para descartar infecciones como la otitis. Estas infecciones pueden provocar la acumulación de pus o moco en el oído, empeorando los síntomas. En esos casos, el tratamiento suele incluir antiinflamatorios y sprays nasales con corticoides para reducir la inflamación y facilitar la recuperación.
En situaciones más graves o persistentes, puede ser necesaria una pequeña intervención quirúrgica para colocar un tubo de drenaje transtimpánico. Este dispositivo ayuda a aliviar la presión dentro del oído y permite que la trompa de Eustaquio recupere su función. Es una solución temporal que mejora notablemente la calidad de vida cuando otros tratamientos no han sido suficientes.

Finalmente, Miguel señala que, aunque ciertas molestias leves son comunes, un dolor fuerte o persistente puede ser señal de una atención médica urgente. Prestar atención a estos síntomas y seguir sus consejos permitirá disfrutar del verano sin sufrir el incómodo taponamiento de los oídos. Así, cuidar la salud auditiva es fundamental para que ningún contratiempo afecte los mejores momentos de la temporada.