La NASA ha detectado un objeto interestelar que se está acercando a nuestro sistema solar a una velocidad notable. Este descubrimiento ha despertado gran interés en la comunidad científica por las características y el tamaño del objeto. Sin embargo, los detalles completos sobre su trayectoria y posibles efectos aún están siendo analizados con cautela.
El objeto, identificado por el Sistema de Última Alerta de Impacto Terrestre de Asteroides (ATLAS), fue descubierto el pasado 1 de julio. Denominado inicialmente A11pl3Z, es el tercer objeto interestelar conocido que ha cruzado nuestro sistema solar. Su origen se localiza en la constelación de Sagitario, y su tamaño es considerablemente mayor que otros objetos similares detectados anteriormente.

Un gigante interestelar que supera a sus predecesores
Con un diámetro aproximado de 20 kilómetros, supera en tamaño a los dos objetos interestelares previamente conocidos, Oumuamua y Borisov. Esta diferencia no solo llama la atención por su magnitud, sino también por las posibilidades que ofrece para estudiar material proveniente de otro sistema estelar. El seguimiento del objeto se está realizando con telescopios alrededor del mundo para comprender mejor su comportamiento.
Actualmente, el objeto se encuentra a unos 670 millones de kilómetros del Sol, moviéndose a una velocidad de casi 68 kilómetros por segundo. Se dirige hacia el interior del sistema solar, con una trayectoria que lo acercará a Marte y al propio Sol a finales de este año. Este movimiento ha despertado un gran interés entre la comunidad científica y el público.

A toda velocidad hacia el sistema solar: ¿qué implicaciones trae?
El Minor Planet Center de la Unión Astronómica Internacional ha denominado oficialmente este objeto como un cometa, asignándole la denominación 3I/ATLAS. Este estatus sugiere que podría contener pistas valiosas sobre la composición y características de cuerpos procedentes de otros sistemas estelares. El estudio de estos objetos puede aportar información sobre la formación y evolución del cosmos.
Pascal Lee, científico planetario del SETI Institute, ha confirmado a través de sus redes sociales que el objeto ya ha alcanzado la órbita de Júpiter. Según las predicciones, su máximo acercamiento al Sol ocurrirá el 29 de octubre, mientras que a la Tierra llegará un día después, a una distancia segura de 1,35 unidades astronómicas (UA). Por lo tanto, el paso será observado con interés, pero sin riesgo para nuestro planeta.
Agencias espaciales mantienen la mirada fija en el visitante cósmico
El cometa 3I/ATLAS será visible para telescopios terrestres hasta septiembre, momento en que su cercanía al Sol dificultará su observación. Se espera que reaparezca a principios de diciembre desde el otro lado del Sol, lo que permitirá nuevas oportunidades para su estudio. La NASA y otras agencias continúan monitoreando su evolución.
Hasta ahora, no se ha publicado la curva de luz del objeto, por lo que aún se desconoce su forma y rotación. Este aspecto es fundamental para entender mejor su naturaleza y comportamiento en el espacio. Las próximas observaciones podrían revelar información crucial para la comunidad astronómica y para el público general interesado en fenómenos espaciales.
En definitiva, la detección de este gran objeto interestelar por parte de la NASA representa una oportunidad única para la ciencia. Aunque se acerca a la Tierra, su paso será seguro y permitirá ampliar nuestro conocimiento sobre cuerpos que viajan por el cosmos. El seguimiento constante y la investigación rigurosa garantizarán que podamos aprender todo lo posible de esta visita cósmica inesperada.