Cada nueva misión espacial de la NASA representa un avance para la ciencia, pero también plantea desafíos poco visibles para el gran público. El cuerpo humano, al salir del entorno terrestre, enfrenta cambios complejos que aún se estudian. Estas consecuencias médicas podrían poner en riesgo las misiones y la integridad de los astronautas.
La NASA ha confirmado recientemente un hallazgo preocupante que afecta a la mayoría de los astronautas en misiones prolongadas. Este descubrimiento podría influir en los ambiciosos planes interplanetarios previstos para los próximos años.

Siete de cada diez astronautas de la NASA son afectados
La agencia espacial estadounidense ha revelado que más del 70% de los astronautas desarrolla un trastorno ocular durante las estancias en microgravedad. Este síndrome, conocido como SANS, causa visión borrosa, dificultad para leer y alteraciones visuales que pueden persistir incluso tras volver a la Tierra.
El SANS, o síndrome neuro-ocular asociado a los vuelos espaciales, ha sido identificado como una de las mayores amenazas para los viajes a Marte. La condición se relaciona directamente con los efectos de la microgravedad sobre los líquidos corporales, que tienden a acumularse en la parte superior del cuerpo.
Esta acumulación incrementa la presión intracraneal y deforma estructuras sensibles del ojo. El globo ocular se aplana y el nervio óptico puede inflamarse, lo que afecta seriamente la capacidad visual de los astronautas.
Un reto para los astronautas y las misiones a Marte
El impacto del SANS es especialmente preocupante de cara a las futuras misiones tripuladas a Marte. Elon Musk y SpaceX planean viajes de hasta tres años de duración, lo que podría agravar los efectos de este síndrome.
Michael Roberts, responsable del programa de visión espacial de la NASA, ha advertido sobre la importancia de entender si el trastorno se estabiliza o empeora con el tiempo. Según sus palabras, una visión comprometida podría poner en peligro una misión completa.
Por eso, la NASA ya trabaja en distintas soluciones. Se están probando lentes de contacto especiales, medicamentos para reducir la presión intracraneal y rutinas de ejercicios adaptados.

La innovación como camino hacia la prevención
Una de las propuestas más avanzadas es la VIIP chamber, una cámara que simula presión terrestre en la zona ocular. Esta tecnología busca proteger la visión durante trayectos largos.
Los ensayos se realizan en la Estación Espacial Internacional y en laboratorios especializados. El objetivo es que los astronautas puedan mantener su salud ocular en condiciones extremas.
La investigación continúa y con ella crece la posibilidad de aplicar estos conocimientos en medicina terrestre. Porque lo aprendido más allá de la atmósfera puede mejorar la vida aquí abajo, en la Tierra.