El cierre del mercado estival de fichajes de 2025 dejó una bomba en Catalunya. El Barça irrumpió de forma inesperada y abonó al RCD Espanyol la cláusula de rescisión de su portero estrella Joan García. Este movimiento fulminante dejó al Espanyol sin capacidad de negociación.
El golpe sorprendió a propios y extraños. El club perico apenas tuvo margen de reacción, lo que enfureció a buena parte de su afición. Al mismo tiempo, la operación proporcionó ingresos importantes y reordenó su estructura deportiva en apenas horas.

Barça: Hansi Flick lo tenía controlado
Joan García era uno de los porteros más en forma de La Liga la temporada anterior. Con 146 paradas y el mejor registro de goles evitados en la competición, se había convertido en imprescindible para la supervivencia del Espanyol. El Barça activó su cláusula, valorada en 25 millones más IPC (alrededor de 26,34 millones), logrando su fichaje sin negociaciones intermedias.
El rol de Flick fue clave. El técnico alemán había dejado claro que necesitaba un portero de garantías tras las dudas sobre Ter Stegen. Con Joan, obtiene una opción lista para competir desde el primer día.
Repercusiones inmediatas
La noticia estalló entre la afición del Espanyol con críticas a la dirigencia. El director deportivo, Fran Garagarza, reconoció su sorpresa ante la falta de contacto previo y remarcó que solo se ejecutó la cláusula. Pese a ello, destacó que los fondos generados permitieron financiar 12 incorporaciones y renovar a figuras clave como Puado.
El Espanyol cerró el mercado con un equipo reforzado y listo para competir, aunque con la portería huérfana de su héroe. El traspaso dejó heridas emocionales profundas y tensó aún más la rivalidad con su vecino culé.
Joan García es el nuevo guardián del Barça
Joan García se presentó como nuevo jugador del Barça con un contrato hasta 2031. En un vídeo emotivo, se despidió del Espanyol señalando que se lleva "mucho más que fútbol" y que su marcha no será fácil de entender.
El portero justificó su decisión como una reflexión profunda con su entorno, considerando que fichar por el Barça era el siguiente paso en su carrera. En los primeros entrenamientos, tanto la afición como el cuerpo técnico valoraron su seguridad bajo palos y capacidad con el balón.
En sus primeras apariciones, Joan respondió a las expectativas. En apenas tres partidos de Liga, acumuló actuaciones destacadas como salvador del equipo y consolidó su perfil de portero aguerrido y con gran proyección.

