Cataluña vivirá este miércoles una jornada algo más amable en cuanto a temperaturas, aunque los meteorólogos piden cautela. Tras varios días de calor intenso, las previsiones apuntan a un descenso térmico de entre tres y cinco grados respecto a ayer. Un alivio que se notará especialmente en el prelitoral y en las zonas costeras, pero que no durará mucho.
De hecho, se espera que la sensación de bochorno se mantenga presente a lo largo del día. Según los mapas, las temperaturas máximas superarán los 35 grados, aunque en la costa se mantendrán más suaves. Las mínimas también han descendido ligeramente, con registros por debajo de los 12 en algunas zonas del Pirineo.

Unas temperaturas típicas de inicios de verano
Aun así, la mayoría de valores siguen siendo propios del inicio del verano. La presencia de nubes altas y delgadas será constante a lo largo del día, filtrando la luz solar y dejando cielos ligeramente velados. Durante la tarde se espera un aumento de la nubosidad, especialmente en áreas de montaña.
Ahora bien, los que esperan un respiro en forma de lluvia, deben saber que no están de suerte. Según las previsiones actuales, la jornada de hoy será "en principio sin" precipitaciones. Otro factor relevante que marcará el día es la presencia de polvo en suspensión procedente del desierto del Sáhara.
Esto provocará una ligera turbidez en el ambiente y puede tener efectos sobre la calidad del aire, sobre todo en personas con problemas respiratorios. A pesar del descenso térmico, los meteorólogos insisten en que la sensación de calor será persistente en las horas centrales del día. En definitiva, no se esperan temperaturas extremas como en jornadas anteriores, pero el calor y la calima seguirán haciendo mella.

Una tregua insuficiente para los más calurosos
Esta previsión ha frenado en seco las expectativas de muchos ciudadanos que esperaban un respiro más claro del calor sofocante. Aunque la situación mejora ligeramente, la atmósfera sigue dominada por fenómenos veraniegos como el polvo sahariano y la elevada radiación solar. Así, Cataluña sigue instalada en una dinámica típica de las semanas previas al verano: temperaturas altas, nubosidad inofensiva y una incómoda calima.